Flamenco, rap, trap, reggaetón, bachata… Sin duda, Dellafuente es muy interesante musicalmente hablando y para analizarle por lo difícil de clasificarlo, dada su originalidad. Sin embargo, hoy no vamos a comentar su forma, vamos a hablar de su fondo, que muchos ignorarán, pero que tiene mucho que estudiar.
Dellafuente, de Granada, se presenta a sus fans como un apolítico descontento con que la gente pobre sufra y, sobre todo, con que el dinero lo mueva todo. En sus propias canciones rechaza la política, de hecho, en Nana del Pordiosero dice concretamente “A mí no me metan en su política, yo no quiero saber na’ de su política. No me usen como arma en sus discursos, yo hablo realidad, no estoy haciendo política”. Es curioso porque dice rechazar la política y en la misma canción en YouTube pone como foto una imagen del también granadino, Federico García Lorca, que no se olviden, lo asesinaron por homosexual y republicano.
Della, ¡rechazas la política y eres más político que nadie! Pero es que esto no queda aquí, quizá el flamenco-trapero rechace la política institucional o de partidos, pero está claro que su mensaje es muy político. En Nana del Pordiosero también dice cosas como “Pa’ toa’ la gente que adora la libertad, pero tiene que ponerse que se la puedan robar…” Esto se puede relacionar claramente con el robo de la fuerza de trabajo del que hablaba Karl Marx allá por el siglo XIX.
Podríamos quedarnos aquí, pero, Dellafuente sigue: “Pa’ toa’ mi gente, que lucha a diario, que su trabajo ya no tiene horario, pa’ toa’ la gente, pa’ tos’ los barrios, pa’ quien no tiene pa’ regalar aniversario. Pa’ los que llevan toa la vida sin darse unas vacaciones, pa los que venden melones. Pa’ los que soñaban con irse pa’ la NASA, y despertaron y le habían quitado la casa.” Esto no será política de partidos, pero lo que sí es, es defender al pobre, a los que no tienen más que a ellos mismos, eso es defender a la clase obrera. Dellafuente no olvida de dónde viene, ni tampoco lo que es justo, por eso constantemente muestra la realidad. Manifestar tu dolor por lo real también es política. Él rechaza la política, porque la identifica como de élites que no escuchan a su pueblo, pero jamás olvidará su origen, ni a su gente, ni a la gente pobre en general, y eso también es política.
Hay otra crítica intrínseca a la sociedad en esta canción y no se nos escapa, dice literalmente: “El dinero, qué basura es el dinero, que al bueno lo hace malo y al malo lo hace bueno.” Hace referencia a cómo corrompe el dinero, y a la vez a cómo el malo, por tener dinero parece bueno y se le acepta. También se critica el racismo explícitamente en esta canción, lo que aviva más la idea de que la música de Dellafuente es pura política.
Si pasamos a otras canciones encontramos que en La vida es, Dellafuente, con su fiel compañero, Maka, hablan de lo difícil de vivir, concretamente para la gente pobre, con un ejercicio de costumbrismo brutal enseñando en el videoclip imágenes cotidianas y reflejando así su compromiso con las clases más bajas.
La vida es comienza con “Gloria bendita pa’ las amas de casa que ponen corazón, en to’ lo que hacen y qué mal lo pasan, su marido ha vuelto a prisión. Gloria bendita pa’ los que se van al mercao’ a levantar y madrugar y su niño con la cara triste, otro año sin ir a Euro Disney. Mucho amor pa’ los que se levantan pa’ tirar su familia adelante…”
Efectivamente, una vez más con las clases bajas: con las madres que trabajan más que nadie, con los que se parten la espalda por dar de comer a sus hijos y por esos hijos que quieren hacer lo que sus amigos ricos, y no pueden. “Y aquí me tienen con los que nadie habla, con los de siempre aquí sobran las palabras. Que no me entere que están pasando falta…”
Su gente es la común, la corriente, la que no tiene caprichos, a la que no escuchan las élites. ¡Qué pedazo de populismo! Iñigo Errejón estaría orgulloso de ti, Della. No harás política, pero si la hicieras Los Chikos del Maíz serían apolíticos a tu lado.
Hay mucho rechazo desde la izquierda hacia el trap porque representa las lógicas más capitalistas y rancias de la sociedad: oro, clasismo, racismo, violencia, machismo… Quizá, Dellafuente, por ser distinto a ellos en forma, presenta un fondo totalmente contrario. Nada que ver con el trap hegemónico de Kinder Malo, Pimp Flaco, Pxxr Gvng y demás. Surge una duda, pues, ¿es Dellafuente lo mejor del trap, o es bueno precisamente por no ser trap? La respuesta que la dé cada uno, pero lo que no genera dudas es que Dellafuente es distinto y todo lo bueno que eso conlleva.
En su canción Pa’ qué quieres el dinero, cuyo remix está en la mixtape de Neymar Jr., después de hacer referencia a para qué se quiere el dinero si no se sabe usar, si no se tiene tiempo más que para ganarlo, si no hay libertad de verdad, se dice literalmente: “Hay una cosa na’ más que no se puede pagar: la vida es la libertad y no se puede pagar, no.” El dinero no da la felicidad, tampoco el trabajo excesivo para ser rico. Tiene relación con esto el final de su canción Dile, en la que la última frase es “A mí me encantaría ser libre y sin dinero”. Della, lo ha pasado mal por no tener para comer y sabe que no se trata de no tener dinero, sino que por la existencia del anhelo incontrolado de dinero y por la riqueza en pocas manos, los más honrados llegan a sufrir, por eso y no por otra cosa rechaza el dinero, porque genera desigualdad y roba (como decía en la Nana del Pordiosero) la libertad.
Y vamos con la última canción que vamos a analizar: A lo mejor. En esta obra se trata un tema fundamental para la izquierda socialdemócrata de ahora: los desahucios. ¿Alguien se imaginaba algo así en este género musical? Era impensable, pero una vez más Dellafuente sorprende y para bien.
La canción reza “El banco llamando a la puerta, dice que está a cero la cuenta. Mi hermano que no me contesta, se iba a matarse por mierda, el día de cobro que no llega y se va vaciando la nevera. Otra semana más que no comemos por ahí fuera.” Representa el dolor de una familia cuando no llega a fin de mes, incluso en casos extremos en los que el suicidio ha llegado a ser factible porque el cabeza de familia no se ve capacitado para dar de comer. Realismo puro y sobre todo duro.
“La basura llena, se van los avisos de desahucio. Ya nunca llegará esa T-Max (una moto Yamaha), la ilusión se pierde muy despacio. Sigue subiendo la ciega, vuelan los sueños de Amancio. Siguen llegando problemas de esos que te dejan el cerebro manso.” Sí, acaba de rimar desahucio con Amancio. Los sueños utópicos de empezar de cero y construir un imperio éticamente, esos sueños, que idealizan a empresarios como Amancio Ortega, vuelan muy lejos cuando te desahucian la casa, cuando la realidad no es otra que tu pobreza y lo que ello significa.
No podemos ignorar la brutal capacidad de Dellafuente para hacer storytelling (construir una historia para así captar la atención del público). Consigue en cada canción, (esto no lo hace cualquier artista), construir un relato, normalmente realista y costumbrista, que al final acaba llevando un mensaje positivo.
En definitiva, hay más política de la que se puede creer y Dellafuente, por mostrar sus ideas, sin querer, lo reafirma. En menos de un mes saldrá su próximo disco, veremos cuánta política involuntaria o intencionada nos trae. Si no le conocen escúchenle, no tiene desperdicio.
Artistas por y para la gente común. ¡Gloria bendita!