El 1 de junio – el mismo día en que Pedro Sánchez tomó el lugar de Mariano Rajoy como jefe del Gobierno español – Italia llegó finalmente a la formación de un nuevo Gobierno después de un ballet agotador que duró unos tres meses, y que empezó con las elecciones del 4 de marzo, en el que expresamos nuestra opinión en un artículo anterior.
- Movimiento 5 Estrellas y Lega: el comienzo de un Gobierno
- Un programa político difícil: renta de ciudadanía y FlatTax
- Seguridad y migración, la verdadera agenda de la Lega
- Cronología de la primera crisis: el Aquarius
- El posicionamiento político de Conte
- Más allá del Aquarius: los problemas del Gobierno italiano
Movimiento 5 Estrellas y Lega: el comienzo de un Gobierno
El escenario que parecía ciencia ficción hasta hace unos meses – el de la alianza entre M5S y Lega – ha ido tomando forma, no sin dificultades, golpes bajos y mutua desconfianza.
Ambas partes han sido definidas como sujetos antipolíticos. Sin embargo, en la forma en que llevó a cabo las negociaciones, el Gobierno ha denotado – junto con una cierta falta de experiencia y algunos errores grotescos – un aprendizaje significativo de la postura política moderna por parte de los dos líderes, respectivamente Luigi Di Maio y Matteo Salvini.
Por lo tanto – después de las amenazas de “impeachment” al Presidente de la República, el cambio repentino de ministros y alianzas, mutuos vetos, varias propuestas del “Contrato de Gobierno” en estilo almena – llegamos a una primera conclusión de las negociaciones y la adjudicación de la jefatura del gobierno a Giuseppe Conte, profesor de derecho en la Universidad de Florencia. El mismo que se había elevado a los “honores” de las crónicas, no solo para ser elegido (y no votado) como neo Premier, sino también por algunas presuntas falsificaciones del curriculum vitae.
Indicado como posible candidato para la oficina de Primer Ministro la última semana de mayo, su solicitud había sido retirada repentinamente después del veto del Presidente de la República, Sergio Mattarella, sobre el nombramiento del euroescéptico Paolo Savona como Ministro de Economía.
Después de la hipótesis de un gobierno técnico dirigido por Carlo Cottarelli (una carrera en el Fundo Monetario Internacional, en 2013 fue Administrador Extraordinario de las Cuentas del “Gobierno Letta”), sin embargo, el nombre de Conte volvió a ser al centro del escenario en manera repentina, como posible Premier de un Gobierno “político”.
Primer Ministro Conte, entonces; Di Maio Ministro del Trabajo y Salvini al Interior. Por lo demás, varios ministros bastante técnicos, cercanos a los llamados “poderes fuertes” y ya protagonistas de temporadas políticas anteriores, especialmente en los gobiernos liderados por Letta y Monti: no exactamente ese “Gobierno de cambio” tan preconizado por parte de Salvini y Di Maio en las últimas semanas.
Un programa político difícil: renta de ciudadanía y FlatTax
Encima de la mesa una serie de puntos que parecen difíciles de implementar – al menos todos al mismo tiempo – y en relación con los cuales no han producido ni un detalle sobre su cobertura económica. Las principales perplejidades son las relativas a los aspectos económicos, con respecto a las cuales la manta parece, en todos los aspectos, verdaderamente demasiado pequeña para garantizar las diferentes medidas prometidas en el Contrato de Gobierno: la “renta de ciudadanía” deseada por parte del M5S, y la “FlatTax”, propuesto siempre auspiciado por la Lega de Salvini.
Seguridad y migración, la verdadera agenda de la Lega
Más actualizables parecen las medidas del otro “pilar” de esta alianza amarillo-verde (según la definición de la prensa italiana), es decir, las políticas de seguridad y migración.
De hecho, a juzgar por las primeras semanas de gobierno, el verdadero Premier parece ser Matteo Salvini. Ciertamente, el 17% obtenido en las urnas por parte de la Lega el 4 de marzo es un resultado notable y cuyo mérito político se debe en gran parte al secretario actual del partido. Sin embargo, una posición tan relevante como la que asume Salvini no puede justificarse por dicho porcentaje, y denota una cierta debilidad del aliado “pentastellado”.
En poco tiempo, el líder del “Carroccio”, a través de unas cuantas contundentes declaraciones, ha impulsado los medios públicos con un considerable impacto mediático, provocando posibles crisis diplomáticas internacionales, que por ahora, por suerte mas que por actitud, han regresado, pero que dejan a Italia al borde del precipicio.
Cronología de la primera crisis: el Aquarius
Salvini, solo necesitò tres días para empezar con la primera crisis diplomatica, diciendo que Túnez “a menudo exporta criminales”, lo que claramente provoca una reacción dura desde el otro lado del Mediterráneo. Entre muchas otras decraciones del mismo tamano y manifestaciones fanfarrones de varios tipos, el ápice se tocó con la medida en el caso del barco Acquarius en los últimos días.
La ayuda ofrecida por el gobierno español, de hecho, solo se produce después del cierre de los puertos italianos, las acusaciones de Salvini hacia Malta y la improbable voluntad de seguir la carretera húngara (un país, Hungría, que más allá de las conocidas posiciones reaccionarias, está contra el mecanismo de division en cuotas de los inmigrantes que llegan a Europa, ¡el mismo mecanismo invocado por el propio Salvini!).
La subida de tono con Francia (que corre el riesgo de llevar a un nuevo caso diplomático) por los mismos hechos, también denota una evidente situación de tensión internacional en torno al gobierno de M5S-Lega. Mientras tanto, 629 personas fueron dirigidas, en condiciones inhumanas, entre una y otra cuesta del Mediterráneo, flotando en las corrientes no solo atmosféricas, sino políticas e institucionales también.
Situación ésta totalmente apoyada y, se subraya, no condenada por parte de los otros miembros del Gobierno, como por ejemplo el neo ministro 5 estrellas Danilo Toninelli (Ministro de las Infraestructuras) según el cual se ha utilizado el “pragmatismo correcto” y que “todos están bien en el barco”.
El caso Aquarius es el ápice, pero hay otras situaciones también que son igualmente embarazosas: otro ejemplo de la incoherencia en la política internacional salvinista se denota en sus desafortunadas declaraciones sobre el asunto “Giulio Regeni” (doctorado italiano secuestrado, torturado y asesinado en Egipto). Según el Ministro del Interior, Italia debería dar prioridad a las relaciones comerciales con Egipto, dejando en cambio la familia de Giulio sola en la búsqueda de la verdad y de la justicia para su desafortunado hijo. También en este caso, además de la aberración de la declaración, evidente es la contradicción de esta política respeto a el famoso eslogan “Los italianos primero”.
El posicionamiento político de Conte
Capítulo aparte es el tema de la identidad politica del nuevo Primer Ministro. En este sentido, el comportamiento fluctuante de Conte en el G7 canadiense, con palabras de cariño hacia Rusia, por un lado, y una inmensa reverencia hacia Donald Trump, por el otro, parece denotar una total falta de plan a nivel internacional en el largo plazo. A pesar de la falta de personalidad a la hora de tomar decisiones sin la direccion de Di Maio y Salvini, como de hecho fue el G7, el neo Premier aún no hizo nada para callar las voces de los que opinan que él, en el Cerbero que es este gobierno amarillo-verde, solo representa una de las tres cabezas, la que está ahí porque tiene que estar, sin un verdadero pragmatismo político.
Más allá del Aquarius: los problemas del Gobierno italiano
El último problema concierne a los supuestos sobornos pagados para la construcción del nuevo estadio de la Roma Calcio, con la consiguiente dimisión del presidente de ACECA (S.p.a. de servicios) Luca Lanzalone, considerado cercano al “gurú” de M5S Davide Casaleggio, y que aparentemente involucraría la misma Lega, que habría recibido sobornos de otro empresario, Luca Parnasi.
Las aguas, por lo tanto, están muy agitadas. Lo están las del Mar Mediterráneo, donde miles de “pobres de la tierra” buscan un futuro mejor, lejos de las guerras y de las hambrunas, y donde se va a medir el Gobierno italiano, y quizás el mismo futuro de la Unión Europea.
Incluso las aguas en las que navega la alianza Lega-M5S son turbulentas, y parece faltar un timonel capaz de dictar un rumbo preciso. Este rol ahora lo está asumiendo sobre todo Salvini, y esto solo puede despertar cierta preocupación. Sin embargo, el mismo líder de la Lega Norte – aunque con el apoyo de un clima de insatisfacción que reina en el país, insatisfacción a menudo traducida en un fuerte cierre cerca de la xenofobia al exterior y un retorno a ideologías soberanistas – tendrá que hacer frente a una parte del electorado 5 estrellas que se siente incómoda viviendo en ciertas posiciones extremistas.
Todo esto, en general, con un clima internacional que sigue mirando con preocupación el debut del nuevo gobierno italiano.
Por Marco Giunta (abogado) y Niccolò Bertuzzi (PhD en Sociología Aplicada y Métodos de Investigación). Traducción por Marco Giunta.