El pasado sábado 6 de julio se celebró en Madrid el día del Orgullo, organizado por el colectivo LGTB bajo el marco del movimiento LGTB español. Este año se celebraba el día del Orgullo con la vista puesta en un nuevo actor político, sobre todo en Madrid, contrario a este movimiento social.
El partido de extrema derecha, VOX, no ha dejado de lado sus ataques a este colectivo, a pesar de ser la única organización con peso político que se ha mostrado directamente opuesta a las actividades de visibilización que se llevan a cabo por parte de las asociaciones adscritas al colectivo LGBTI.
Sin embargo, lo más notorio del sábado no fue el protagonismo de VOX, ni sus líderes. Sino la presencia de Ciudadanos encabezada por Inés Arrimadas.
Ciudadanos contra la organización del Orgullo
La presencia de esta formación, a pesar de no haber sido invitada por parte del colectivo organizador fue molesta para muchos de los participantes debido al devenir de los hechos políticos transcurridos desde la celebración de las elecciones autonómicas en Andalucía y la entrada en el escenario político de la formación de ultraderecha. El protagonismo de esta organización está siendo suficiente como para condicionar el futuro político de Ciudadanos y Partido Popular respectivamente. El hecho de que Ciudadanos esté en las instituciones políticas gracias, indirectamente, al partido liderado por Santiago Abascal ha provocado la desconfianza del movimiento gay hacia la formación naranja.
Tras estos hechos, la aparición de Inés Arrimadas y varios dirigentes en la manifestación del 9 de julio supuso una afrenta para el movimiento LGBTI. Esta disconformidad del colectivo por la aparición de la formación liberal en la manifestación reside en el socio de gobierno del propio Ciudadanos y su adecuación a las exigencias de VOX para dar viabilidad a los posibles pactos en Madrid, Andalucía o Murcia.
Para comentar esta disconformidad es necesario recordar las declaraciones hechas meses atrás por parte Javier Ortega Smith, secretario general de VOX, de la idoneidad de trasladar los actos por el Día del Orgullo Gay a la Casa de Campo, negándoles así un espacio que por legitimidad democrática les pertenece como movimiento social, deslegitimando también el papel que cumple en la sociedad y la política.
Hay un libro que me fascinó y que aprendí mucho de los movimientos sociales y trascendencia en el devenir de los acontecimientos políticos, El poder en movimiento.
Para Sidney Tarrow la acción colectiva se construye cuando parte de la ciudadanía sin ningún reconocimiento social se alían con ciudadanos más influyentes ponen en común sus pretensiones para enfrentarse a las élites, autoridades y antagonistas sociales.
La acción colectiva sirve a los movimientos sociales como motor de cambio de la realidad política. Por lo tanto, el ir en contra de los movimientos sociales o ignorar las exigencias de estos provoca nuevos episodios de conflicto que ofrecen un nuevo panorama en el que las organizaciones políticas se tendrán que adaptar. Esto mismo ha pasado con el escrache producido contra Ciudadanos en la manifestación, entiéndase escrache como un tipo de acción colectiva que pone de manifiesto la confrontación entre el movimiento social y el partido político.
Despreciar, ningunear o ignorar las demandas de los movimientos sociales lleva aparejado consigo el abandono del partido político para canalizar las demandas hacia el Estado. Es decir, el movimiento LGBTI ya no reconoce a Ciudadanos como intermediario para transmitir las peticiones del colectivo. En este caso, Ciudadanos sigue queriendo jugar a ser un partido atrapalotodo y en el futuro tendrá que elegir entre los movimientos sociales o su socio extorsionador.