Transparent comienza cuando Mort Pfefferman, el padre de la acomodada familia judía, exitoso profesor universitario recién jubilado, informa a sus dos hijas y a su hijo que a partir de ahora será Maura, ya que lleva años identificándose como mujer. El formato de la serie consiste en entrelazar en cada capítulo flashbacks con la actualidad de los personajes y en la segunda temporada estos flashbacks nos transportarán al Berlín de los años treinta, en concreto al Instituto de Investigación Sexual fundado por el Dr. Magnus Hirschfeld en 1919.
Mediante este recurso fílmico conecta de forma brillante el trauma sufrido en la familia a causa del Holocausto judío con el trauma del colectivo LGTBQIA+ y de esta forma la serie se convierte en un riguroso ejemplo de cómo plasmar la forma en que cada integrante de la familia lidian con las secuelas de estos traumas.
La vinculación de la transmisión del trauma con el papel de las mujeres es fundamental, en la serie hay una ausencia clara en lo que respecta a figuras masculinas, que únicamente aparecen como focos de abandono: no se conoce al padre de Maura, su abuelo las abandona e incluso Maura aparece como una figura paterna distante en la infancia de sus hijos.
La mediación entre la memoria y la posmemoria
El término posmemoria fue creado por Marianne Hirsch para referirse a las memorias heredadas por los supervivientes del Holocausto, a los que ella llama “generación bisagra” (hinge generation). Esta generación no vivió en sus cuerpos los hechos traumáticos pero se sienten interpelados por ellos y tienen que lidiar con unas narrativas traumáticas tan abrumadores que sienten la necesidad de que estas no desplacen o evacuen sus propias historias. Sin embargo, hay autores críticos con la idea de utilizar este término en otros contextos diferentes al del Holocausto judío, como Martín-Cabrera quien se muestra escéptico en aplicarlo en las narrativas traumáticas heredadas por los supervivientes de la dictadura franquista y las dictaduras latinoamericanas.
En estos casos, dice Cabrera, las segundas generaciones no han sido partícipes del trauma mediante abrumadoras narrativas dominantes sino mediante rumores, silencios y miedos debido a que esas dictaduras seguían presentes en sus países o no ha habido una suficiente recuperación de la memoria. En el caso de Transparent encontramos las narrativas dominantes propias de los supervivientes del Holocausto judío en cuyas vidas la religión y la espiritualidad está muy presente. Sin embargo, también existe silencio ruidoso, un trauma familiar silenciado de la que ninguna es consciente, del que sólo se sabe por rumores e intuiciones, aquel de la comunidad LGTBQIA+, aquel propio de aquellos que han sido relegadas al silencio y la exclusión.
Transmisión del trauma y secuelas intergeneracionales
“Hay algo que conecta el tema de la mujer con el tema judío. Es como si el falo fuese al crucifijo lo que la vagina al Holocausto”. Ali Pfefferman
Hay una conexión entre los familiares que protagonizan los flashbacks y los familiares vivos que no son conscientes de las secuelas pero son víctimas del dolor y del sufrimiento generado por ellas. Los flashbacks nos trasportan al Berlín del año 1933 donde viven la abuela de Maura con su hija pequeña Rose (la madre de Maura) y su hijo mayor Gershon. Durante esta temporada descubriremos que Gershon se identifica como mujer (Gittel) y que vive en el Instituto de Investigación Sexual fundado por el Dr. Magnus Hirschfeld famoso por estudiar los, por aquel entonces llamados, “estadios sexuales intermedios”.
En la historia ambientada en la actualidad, Ali, la hija menor de Maura, quiere entrar en un programa de estudios de género dirigido por la poeta y feminista radical Leslie Mackinaw y está interesada en incluir detalles familiares en su trabajo de ingreso. Ali comienza a elaborar una teoría acerca de este trauma heredado, sin embargo, los espectadores somos los únicos que sabremos la historia de Rose y su hermana Gittel en el Berlín del año 1933, ya que esta ha sido silenciada y enterrada transmitiendo así una serie de malestares y sufrimientos heredados. Unas de las escenas más importantes en este aspecto es aquella en la que Ali comparte con su profesora Leslie Mackinaw algunas inquietudes acerca de su ensayo de admisión: “pasa una cosa en mi familia, sabes que uno de mis padres es trans, tienen un extraño distanciamiento en la familia que me tiene obsesionada ahora mismo. Nadie se habla con nadie. Es como una sima gigantesca de algún tipo de dolor y estoy pensando mucho en ello últimamente”.
El personaje de Ali conecta la historia de sus familiares muertas o en procesos demenciales (en el caso de su abuela Rose) que protagonizan los flashbacks y sus familiares vivos que no son conscientes de los traumas silenciados pero son víctimas del dolor y del sufrimiento generado por sus secuelas. Estas secuelas no reconocidas son las generadoras del sufrimiento, del bloqueo que sufre toda la familia y que Ali expresa al decir “nadie habla con nadie”.
Microreparaciones
La temporada finaliza con la celebración de una gran fiesta feminista no mixta en medio del bosque a la que asisten Maura y sus dos hijas, Ali y Sarah. Mientras que Sarah descubre facetas desconocidas de su sexualidad y Ali pasa el rato con el grupo de feministas radicales encabezado por Leslie Mackinaw, Maura se entera en medio del camping de que hay sólo una norma para asistir a este festival: ser “mujer nacida mujer”. Al caer la noche, tras discutir acerca de esta política tránsfoba con el grupo de feministas radicales amigas de su hija Ali, Maura decide irse del festival. Mientras Maura dolida y desquiciada sacude la tienda de campaña para recoger sus cosas, Ali se pierde en el bosque intentando buscarla.
Estas imágenes empiezan a superponerse con los flashbacks del Berlín de 1933 cuando los nazis empiezan a llamar a la puerta del Instituto de la Sexualidad. Los nazis entran en el instituto y cogen los libros de la biblioteca para posteriormente quemarlos en el patio y esta pira de libros quemándose se confunde con una hoguera que se alza frente a Ali en el bosque. Gittel mira la pira en un círculo de travestis y nazis donde aparece Ali, la cámara pasa de Ali a Rose, ambas se cogen de la mano y miran a Gittel que posteriormente es arrestada por uno de los comandantes de las SS.
En esta escena es cuando más explícita se hace la mediación entre el trauma pasado y las secuelas presentes. El papel de Ali como mediadora tiene una serie de limitaciones ya que el pasado de su familia ha sido silenciado, y enterrada la historia a la que jamás podrá acceder, aunque sí tendrá la posibilidad de reinterpretar y trabajar con el sufrimiento que esta genera. Esta microreparación se hace material cuando, en el último episodio de la temporada, Ali y Maura van a visitar a Rose a la residencia de ancianos. Maura hacía años que no la visitaba ya que tenía miedo de que su madre, aún con un proceso de demencia avanzado, la viese como una mujer trans. Rose mira a Maura feliz creyendo que es y reconociendo en ella a su hermana Gittel, asesinada por los nazis en 1933.
Por Ana Álvarez.
Para ampliar:
- Hirsch, M. (2012). Generation of Postmemory: Writing and Visual Culture After the Holocaust Columbia University Press. doi:10.7312/hirs15652
- Martín-Cabrera, L. (2011). Radical justice: Spain and the Southern Cone Beyond Market and State. Lewisburg: Bucknell Univ. Press, with the Rowman & Littlefield Pub. Group.