Introducción: La ocupación en el Sáhara y el Frente Polisario
El conflicto del Sáhara Occidental representa una de las disputas territoriales más prolongadas y complejas del siglo XX y XXI. Resulta imperante para esclarecer dicho conflicto, mostrar brevemente su contexto histórico. Este territorio, el cual, era anteriormente una colonia española, fue objeto de reclamos territoriales tras la retirada de España en 1975. La Conferencia de Berlín de 1884, que legitimó la ocupación europea en África, no previó adecuadamente el destino de las colonias post-independencia, lo que contribuyó a las disputas territoriales modernas. Tras la retirada española, Marruecos y Mauritania reclamaron el territorio, lo que llevó al estallido del conflicto con el Frente Polisario, que busca la autodeterminación, y la potestad sobre la tierra del pueblo saharaui.
Derecho Internacional y Autodeterminación
El principio de autodeterminación es central en el derecho internacional, consagrado en la Carta de las Naciones Unidas y en varios pactos internacionales, como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP) y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC). Según estos instrumentos, todos los pueblos tienen el derecho a determinar libremente su estatus político y a perseguir su desarrollo económico, social y cultural. La Asamblea General de la ONU ha reafirmado este derecho en múltiples resoluciones, instando a la realización de un referéndum en el Sáhara Occidental para que su población determine su futuro. En este sentido el problema implantado, es que este derecho, hasta ahora negado al pueblo saharaui, depende entonces de terceros. Sin embargo, si este derecho que debe darse por antonomasia, habría que replantear hasta qué punto la libre determinación del pueblo saharaui depende de una situación específica o de los mencionados terceros, o si verdaderamente subyace la responsabilidad de algunas instituciones respectivas, como el caso de la ONU.
Soberanía y Ocupación
Marruecos basa su reclamo en vínculos históricos y la sentencia de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de 1975, que reconoció ciertos lazos históricos entre Marruecos y algunas poblaciones saharauis, pero también subrayó que estos no eran suficientes para alterar el derecho a la autodeterminación. La ocupación de Marruecos ha sido vista por muchos como una anexión de facto, contraviniendo el principio de uti possidetis juris, que sostiene que las fronteras coloniales deben ser respetadas post-independencia. La ocupación marroquí es en todo caso, una violación de estos principios, al negar al pueblo saharaui su derecho a la autodeterminación y a participar equitativamente en su propio gobierno. Recurriendo a Robert Nozick, en su teoría del estado mínimo, sugiere que cualquier acción estatal debe ser justificada en términos de derechos individuales y consentimiento. La ocupación sin el consentimiento de los saharauis puede ser considerada ilegítima bajo este marco. La falta de un referéndum libre y justo representa una negación de la agencia individual y colectiva del pueblo saharaui. En este sentido, el pueblo saharaui está en todo el derecho de luchar en favor de la protección y recuperación de su territorio, esto, viéndolo desde un enfoque liberal.
Explotación del territorio
El interés marroquí en extenderse y apropiarse de la tierra saharaui tiene, evidentemente, relación con las posibilidades de explotación de la tierra misma y de sus recursos. A su vez también despierta el interés de países con los que Marruecos sostiene arreglos de libre comercio, como lo es España, el cual, apoyaba con anterioridad la soberanía del pueblo saharaui, pero ahora despierta un ligero interés en la tierra del Sáhara Occidental.
Algunos ejemplos de la explotación de este territorio son:
- Plantaciones de tomates y melones, las cuales Marruecos vende como suyos a la Unión Europea. En este sentido, no solo se violan los derechos del pueblo saharaui, sino que también se contribuye a la economía marroquí mientras el pueblo saharaui sigue viviendo en condiciones de pobreza y desplazamiento.
- Intereses por las aguas canarias
- Pesca: Los acuerdos de pesca entre Marrueco y la Unión Europea, incluyen también las aguas pertenecientes al Sáhara Occidental, esto, sin el consentimiento por parte del pueblo saharaui, representando así una más de las tantas explotaciones ilegales.
- Explotación de varias reservas minerales “el nuevo petróleo”. La explotación de estos recursos beneficia a Marruecos y consecuentemente al pueblo saharaui no se le atribuye o reconoce nada, perpetuando la impotencia de no poder utilizar los recursos de su propia tierra.
Implicaciones Jurídicas y Políticas
La situación actual en el Sáhara Occidental también tiene importantes implicaciones jurídicas y políticas. La MINURSO, establecida para supervisar el alto el fuego y organizar un referéndum, ha sido incapaz de cumplir su mandato debido a la falta de cooperación y consenso entre las partes. Esto plantea preguntas sobre la efectividad de las misiones de paz de la ONU y la responsabilidad de la comunidad internacional para resolver conflictos prolongados.
Además, el reconocimiento diplomático de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) por varios estados y su membresía en la Unión Africana refuerzan la legitimidad del reclamo saharaui a la autodeterminación. Sin embargo, la posición de Marruecos ha sido fortalecida por el apoyo de varios países y la reciente reanudación de relaciones diplomáticas con Israel, lo que subraya las complejidades geopolíticas del conflicto.
Conclusión
El conflicto del Sáhara Occidental se inscribe en un contexto más amplio de disputas territoriales y luchas por la autodeterminación que han caracterizado el siglo XX y XXI. Este conflicto refleja las tensiones postcoloniales y legados de la descolonización, pero también la persistencia ante desafíos implantados por la soberanía, la explotación de recursos naturales y demás intervenciones geopolíticas.
La ocupación marroquí del Sáhara Occidental y la lucha del Frente Polisario por la autodeterminación de los saharauis son emblemáticas de los problemas más amplios que enfrentan muchas regiones en el mundo contemporáneo. La incapacidad de la comunidad internacional para resolver este conflicto, a pesar de las claras directrices del derecho internacional, pone de relieve las limitaciones de los mecanismos globales de resolución de disputas y de la efectividad de las misiones de paz de la ONU. Además, la explotación de los recursos naturales del Sáhara Occidental por parte de Marruecos y la implicación de otros actores internacionales, como la Unión Europea y Estados Unidos, ilustran los complejos conflictos territoriales modernos. El conflicto del Sáhara Occidental se asemeja a otros conflictos del siglo XXI donde la riqueza natural se convierte en una fuente de contienda, como en el caso de la República Democrática del Congo y sus minerales o las disputas en el Mar de China Meridional por sus recursos marítimos.
Para avanzar hacia una resolución justa y duradera del conflicto del Sáhara Occidental, es esencial que la comunidad internacional renueve su compromiso con los principios de autodeterminación y soberanía establecidos en el derecho internacional. Esto implica no solo la organización de un referéndum libre y justo, sino también el reconocimiento y respeto de los derechos del pueblo saharaui a gestionar sus propios recursos naturales y a desarrollarse de manera autónoma.
OBRAS CITADASNozick, R. (2014). Anarquía, estado y utopía. Editorial Innsfree
Autora: Isabella Gordillo Ordóñez. Universidad de Cádiz.