¿Qué es el software libre?

Antes de dar definiciones oficiales y, que en un principio, pueden parecer poco entendibles, vamos a explicar, a grandes rasgos, qué es el software libre como un simple ejemplo:

Imagínense que una abuela hace un pastel que le ha salido buenísimo. Ese pastel, obviamente, a la hora de su elaboración ha tenido que seguir una receta, la cual explica qué ingredientes echar y en qué cantidades. Lo normal es que si su nietos le preguntan cómo hacer ese pastel, su abuela les dé la receta y les enseñe cómo hacerlo.

Ahora los nietos de la mencionada abuela hacen un pastel algo mejorado en base a la receta de la abuela para una fiesta de cumpleaños. Sus amigos le preguntan cómo han hecho ese pastel tan delicioso, lo normal es que los nietos le den la receta del pastel mejorado. Y quizás en un futuro los amigos hagan una versión mejorada del pastel, con diferentes matices, o adaptada para personas diabéticas, intolerantes a la lactosa, etc.

Tras este sencillo ejemplo del pastel, podemos ver cómo de una sola receta para hacer un pastel a  surgido todo un conjunto de diversas recetas con diferentes matices y enfocadas a grupos concretos de personas. Pero ahora pensemos ¿qué hubiera pasado si la abuela se hubiera negado rotundamente a darle la receta del pastel a sus nietos y además les hubiera dado una colleja si la hubieran intentado averiguar? Pues, obviamente, no tendríamos nada de lo anterior.

Definición de software libre

Ahora pasemos la definición de Software Libre dada por la Free Software Foundation: “es el software que respeta la libertad de los usuarios y la comunidad. A grandes rasgos, significa que los usuarios tienen la libertad de ejecutar, copiar, distribuir, estudiar, modificar y mejorar el software

Por tanto, cuando no referíamos a la receta de la tarta, estábamos diciendo “la receta” para hacer ese software (pastel).

Normalmente, todo el software que sigue la filosofía del software libre están bajo la tutela del denominado copyleft, para así evitar que cualquier persona ajena al programa, al éste no tener una protección intelectual de carácter público, lo convierta en un software propietario que funcione bajo unos intereses particulares. Es decir, en inglés a derechos de autor recibe el nombre de “copyright” y podríamos afirmar que “copyleft” es su “antónimo”. Se crea una licencia para hacer ese software público y protegerlo de lo privado.

Una vez dicho esto tenemos que hacer mención a las cuatro libertades que incansablemente enuncia Richard Stallman en sus conferencias, fundador del movimiento por el software libre en el mundo:

Libertad 0: la libertad de usar el programa, con cualquier propósito (uso).

Libertad 1: la libertad de estudiar cómo funciona el programa y modificarlo, adaptándolo a las propias necesidades (estudio).

Libertad 2: la libertad de distribuir copias del programa, con lo cual se puede ayudar a otros usuarios (distribución).

Libertad 3: la libertad de mejorar el programa y hacer públicas esas mejoras a los demás, de modo que toda la comunidad se beneficie (mejora).

¿Qué es el software propietario?

Básicamente es el que está sujeto a derechos de autor, estando así bajo los intereses particulares de su autor (los cuales no tienen por qué coincidir con los intereses de los usuarios). En muchos casos de software propietario el autor se niega en rotundo a liberar el código de su software, no pudiendo ser usado, estudiado, distribuido y mejorado por la comunidad. Además no permite ver si el software tiene recovecos en su programación que violen la privacidad del usuario o problemas de seguridad. Ejemplos de software propietario: Windows, MacOS, Microsoft Office, muchos programas de Adobe System, muchos videojuegos, iOS, etc. Si nos fijamos casi totalidad del software propietario pertenece a empresas. Podemos ver que actualmente hay un repertorio bastante amplio de software que su código fuente no está disponible para todos los usuarios.

Distinción entre software libre y ‘open source’

Ya hemos indicado que el software libre exige las cuatro libertades (las cuales obligan de manera inherente a dar el código fuente del programa) pero durante su evolución hubo una escisión con otra visión del software. Esta escisión se convirtió en otra corriente que se autodenominó “Fuentes Abiertas” (en inglés Open Source).

Para no enmarañar más de lo necesario esta cuestión podemos indicar dos principales diferencias entre el software libre y las fuentes abiertas (o software abierto):

  1. La finalidad que persigue la corriente del software libre tiene una trasfondo filosófico (la libertad del usuario), mientras que la corriente de las fuentes abiertas tiene como finalidad una mejora técnica del programa.
  2. Si le echamos un vistazo a la denominación de “software libre”, como su propio nombre indica, es libre y con las cuatro libertades queda todo solucionado. Pero si prestamos atención al término “fuentes abiertas”, deducimos que todo lo abierto puede estar cerrado, y así es, el software abierto puede llegar a no permitir una libertad de tal calibre como el software libre. Una licencia de código abierto puede tener una serie de limitaciones como la no modificación del código fuente del programa. Es una diferencia sutil, pero podríamos afirmar que las fuentes abiertas es la parte más comercial dentro de todo el universo del software de fácil acceso.

Al respecto de todas las diferencias y matices Richard Stallman aclara largo y tendido la cuestión en este artículo.

¿Qué ejemplos existen de software libre y fuentes abiertas?

Hay que indicar que hoy día, software libre y fuentes abiertas están mezclados, siendo muy difícil hacer una diferenciación clara[1]. El ejemplo propotípico de software libre y, prácticamente, origen de todo: el sistema operativo GNU/Linux. De GNU/Linux emanan una gran cantidad de distribuciones. Ejemplo de distribuciones GNU/Linux: Android, Debian (Ubuntu, Linux Mint, etc), Slackware (SUSE), Red Hat (Fedora, Cent OS), etc.

Dentro de estos sistemas operativos podemos instalar diversos programas que se asientan sobre la idea de software libre (y, a veces, abierto): GIMP, Audacity, Kdenlive, Inkscape, Mozilla Firefox, Thunderbird, Chromium, Libre Office, Blender, Transmission, Evince, VLC, etc. Muchos de estos programas os sonarán porque también funcionan en software propietario e incluso algunos casos, aun siendo libres, sólo funcionan en sistemas operativos propietarios.

Además tenemos que indicar que el software libre es una pieza fundamental dentro de la formación de internet tal y como hoy lo conocemos.

¿Qué beneficios aporta el software libre y abierto?

El hecho de que todas las personas puedan acceder con facilidad a los componentes que conforman un software facilita el desarrollo, la seguridad y la privacidad del mismo. No es lo mismo que estén en viendo una misma cosa cien personas que diez mil. Esto ayuda a detectar y solucionar los fallos en los programas o el sistema operativo en un tiempo relativamente corto.

Como indiqué al principio del artículo, los intereses de los usuarios no tienen por qué ser los de las empresas (las que principalmente comercializan software propietario), ello incide directamente en dos de los artículos redactados por mí en Cámara Cívica: Ley 39/2015 y digitalización de la Administración: privatización total y ¿Existe la privacidad en Internet?. En estos dos artículos incido en dos cuestiones fundamentales: la privacidad del usuario y, de manera muy tenue,  la obsolescencia programada. Dos aspectos fundamentales que están afectando por igual a usuarios y Estados y en donde el software libre y abierto tienen mucho que ver.

Respecto a la privacidad, a los usuarios les está afectando de manera directa porque el hecho de no poder acceder al código fuente de muchos programas de ordenador (y apps de móviles) está generando un desconcierto sobre qué información exacta recogen dichos programas. Afecta a muchos Estados porque, a fin de cuentas, sus poderes y órganos suelen usar software propietario o no permiten el acceso a su código fuente (véase el ejemplo de Lexnet) o la omnipresencia de Windows en las Administraciones Públicas.

Y respecto a la obsolescencia programada, actualmente la mayoría de sistemas operativos propietarios tienen un mantenimiento de seguridad por parte de sus creadores de 5 a 10 años (Windows y MacOS). Cuando ese periodo termina, los Estados (y otras empresas) que usan el sistema operativo tienen que pagar al creador para haga un soporte extendido o contratar a empresas privadas externas para realice el soporte de seguridad (el soporte termina, obviamente, para que tengan que comprar otro sistema operativo, es decir, intereses económicos propios de una empresa). El ejemplo más sonado y prototípico es el de Administraciones con equipos que funcionan con Windows XP y que ya no tienen más actualizaciones, hecho muy grave que es un problema para la seguridad. ¿La alternativa cuál es? Instalar en esos equipos GNU/Linux. Esta idea ya se está llevando a cabo en Francia, Rusia, China y, recientemente, Reino Unido, que tras el ataque del ransomware “Wannacry”, está pensado usar la distribución, basada en GNU/Linux, Ubuntu. Esto permite que el propio Estado mantenga el sistema operativo (aquí surge el concepto de “soberanía digital”) o que contrate empresas externas para que mantengan el sistema, pero no hace falta pagar licencias cada determinado tiempo.

El software libre y abierto no es algo etéreo que haya surgido de la nada, sino es el resultado del esfuerzo de toda una comunidad durante más de dos décadas conformada por cientos de miles de personas comprometidas en su desarrollo y en la creencia de una mejora de la sociedad mediante conocimiento libre. Muchas empresas basan su actividad económica en el desarrollo y mantenimiento de sus propias distribuciones GNU/Linux (las más destacadas, Red Hat o Canonical), no recibiendo dinero alguno por la licencia de sus distribuciones (que son libres o abiertas), sino por el mantenimiento de las mismas.

En la comunidad GNU/Linux las decenas de distribuciones existentes se desarrollan y actualizan semana tras semana, mes tres mes y todos los años se suele tener una versión nueva de la distribución con nuevas mejoras y, por supuesto, fallos. Todo ello de manera gratuita (puedes hacer donaciones). En una sociedad que se informatiza de una manera más frenética hace falta el uso del software libre/abierto para el efectivo mantenimiento de derechos, conocimiento y desarrollo igualitario.

Muchas más cuestiones habría que explicar acerca de esta vasta temática que ocupa el software en general, ejemplo de ello sería cómo es el uso del software libre en España (cuestión de la que hablo en uno de mis artículos desde el punto de vista de la Administración), cómo es su promoción, el uso en las Comunidades Autónomas, etc.

Postdata: artículo elaborado gracias a Linux Mint, LibreOffice, Mozilla Firefox, Chromium y Mozilla Thunderbird. Pequeño, pero ilustrativo vídeo acerca del software libre: https://www.fsf.org/blogs/community/user-liberation-watch-and-share-our-new-video

[1]     Por ello la Free Software Foundation da una lista de distribuciones totalmente libres sin influencia alguna de fuentes abiertas.

Por Fernando León.

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