Es conocido por «todos» el intenso debate acerca de la Renta Básica Universal como instrumento económico-político, el cual, ha sido objeto de continuas trifulcas entre liberales y socialistas a lo largo de décadas, llegando incluso a ser núcleo de campañas electorales tildadas de «populistas» y continuas «refutaciones» entre familiares que acaban con dos besos y un «hasta pronto».
Para estudiar correctamente qué es la Renta Básica Universal debemos definir dos premisas que van a servirnos de referencia a la hora de diferenciar la Renta Básica Universal de otras prestaciones ampliamente conocidas en el espacio de la OCDE, como puede ser la prestación por desempleo o la prestación por incapacidad temporal.
2 premisas básicas acerca de la Renta Básica Universal
Estas dos premisas o características que definen la Renta Básica Universal son:
- Es una prestación que no depende de nuestra voluntad para aceptar o no un trabajo, es decir, que independientemente de que trabajemos o no, somos «beneficiarios» de la prestación.
- Es una prestación independiente del nivel de ingresos, es decir, que cobremos setecientos u ocho mil euros mensuales, vamos a ser igualmente «beneficiarios» de esta.
Estas premisas han sido corolario de un sinfín de argumentos que han servido a liberales y socialistas para enterrar a esta propuesta en el cajón de «las utopías» e «ideas ilusorias».
Algunas de estos argumentos nos resultan cuanto menos familiares; por ejemplo, en cuanto a la primera de las características surge un chascarrillo muy común que aquellos que «adoran» el liberalismo usan con frecuencia y dice así:
«¿yo voy a pagar con el sudor de mi frente y mis impuestos a un «perroflauta» que se levanta a las 12 de la mañana y su única preocupación es levantar el puño?»
A su vez los «románticos» del socialismo parecen encarnizarse más con la segunda premisa a través de un conjunto de frases de lucha de clase que suenan así:
«¿yo le voy a pagar a Amancio Ortega una renta básica? Que me la pague él a mi, hay que tener conciencia de clase y si se nacionalizan las empresas del IBEX 35 para pagar la Renta Básica mejor».
Pues bien, con estas connotaciones tan negativas acerca de la renta básica, difícilmente pueda lidiarse un debate «puro», donde sin partidismos ni ideas dogmáticas nos acerquemos al conocimiento y al impacto de la Renta Básica Universal.
Por ello es necesario eliminar, no de forma fáctica, sino intelectual, estas premisas ideológicas que «manchan» la Renta Básica Universal; pero, para esto, vayamos por partes, vamos a comenzar por el liberalismo y seguir con el socialismo.
La renta básica desde una perspectiva liberal
JOHN RAWLS, uno de los hijos del «contractualismo» moderno, filósofo norteamericano y profesor de «filosofía política» en Harvard, es decir, un señor «más liberal que Juan Ramón Rallo», argumenta en su libro Teoría de la Justicia (1971) que el liberalismo nace como una alternativa política capaz de «convertir a cada uno en responsable de su propio destino», a través del ejercicio de derechos y deberes.
Pues bien, esta premisa, junto a uno de los pilares del liberalismo como es la «neutralidad» del Estado ante la vida del individuo conforman los máximos exponentes de esta ideología.
Ante esto, PHILIPPE VAN PARIJS, defensor «estandarte» de la Renta Básica Universal, filósofo belga, profesor en Harvard y Saint-Louis Bruxelles entre otras universidades, se muestra de desacuerdo con el liberalismo, a través del siguiente razonamiento.
Si el liberalismo tiene como fin convertir a cada uno en «responsable de su propio destino» y para ello tiene que asegurar el ejercicio de derechos y libertades, un «liberal» por definición debería preocuparse, no solamente del ejercicio de derechos en sentido abstracto, sino de asegurar el ejercicio real de los derechos a todo ciudadano.
Tampoco resultaría lógico desde la concepción liberal que el Estado, que debe permanecer «neutro» y no «entrometerse» en las decisiones del individuo, dicte qué música se debe escuchar, a qué hora tengo que salir a correr o cuánto debe ser el máximo de una inversión bursátil.
Si el Estado no puede prohibir ni coartar lo anterior, tampoco bajo la perspectiva liberal, puede planificarme la vida decidiendo si voy a ser abogado, arquitecto o un señor de «dudosa buena fe» que se levanta a las 11 de la mañana.
Desde el socialismo se hace algo más complicada la explicación de por qué Amancio Ortega tiene el «mismo derecho» que cualquier ciudadano medio a percibir la Renta Básica Universal, pero merece la pena intentarlo.
Actualmente, los sistemas tributarios, se basan en la idea de «justicia distributiva», es decir, un modelo progresivo, en el cual, «el que tiene más pague más»; pero ¿qué legitima que Amancio Ortega también perciba la Renta Básica Universal?
Veamos, MARX Y ENGELS, «ojo que estos sí son comunistas, no como Iglesias», argumentaban en reseñas de El Capital, en contra de los impuestos; espera, ¿estás diciendo que el socialismo está en contra de los impuestos?, sí; Marx explicaba que los impuestos eran un método de represión del pueblo en la medida en que eran un instrumento que usaba el burgués para adueñarse de las plusvalías del proletariado, ya que los impuestos salen de las rentas.
Pero pensemos por un instante, hay bienes que pueden considerarse como una «herencia natural» y que pueden servir para legitimar la «propiedad común» de estos a los nacionales de un país; por ejemplo, el hierro, el oro, el petróleo, la tierra, etc…, en otras palabras bienes que han sido dados al ser humano y que en el caso de ser explotados o utilizados, debe de pagarse un tributo a modo de indemnización a la comunidad que lo ostenta; pues bien aquí tenemos un criterio para entender por qué cualquier ciudadano, independientemente de su posición económica, debe tener derecho a percibir la Renta Básica Universal.
¿Se podría aplicar la Renta Básica Universal en España?
Una vez analizados, estos albores ideológicos que manchan la propuesta, debemos de preguntarnos, ¿sería posible aplicar la Renta Básica Universal en España?, ¿a quién beneficiaria?
Según un estudio, realizado por el BBVA Research , «ojo que este tampoco es comunista ni anarcocapitalista», en el que se analiza el impacto que supondría la Renta Básica en España, se realiza una estimación sobre una renta de 7.471 euros anuales para todos los adultos y de 1.492 euros para los menores de edad; pero ¿qué coste supondría?
Dicha estimación para un total de 43,74 millones de beneficiarios daría como resultado que la renta básica tendría un coste total de 280.092 millones, si bien sustituiría prestaciones y subsidios, como las pensiones, desempleo familia o vivienda, que en 2010 equivalían a 92.222 millones, por lo que el coste neto sería aproximadamente 187.870 millones, es decir, un 17,5 % del PIB, que tendría como contrapartida un aumento de la presión fiscal del 18%.
Por último, veamos un ejemplo ilustrativo de beneficiario-tipo que saldría ganando con la Renta Básica Universal, según el estudio del BBVA Research:
«Por ejemplo, una pareja con dos hijos sale ganadora de la propuesta de renta básica si sus ingresos se sitúan por debajo de 65.000 euros. Una familia que ingrese 55.000 euros y haga la declaración conjunta paga hoy por IRPF 10.639 euros. Con la renta básica, los padres recibirían una prestación monetaria de 7.471 euros cada uno. Los hijos también cobrarían del Estado 1.494 euros por cabeza. En total, 17.930 euros, que dejaría la cuota del IRPF a pagar en 9.020 euros, un 15% menos que actualmente.»
Sin más, muchas gracias por su atención y larga vida a la razón.
Escrito por Isaac Tejada.