Sinceramente, no tengo ni idea. Además de que las nuevas tecnologías no son mi fuerte, no tengo la capacidad de prever el futuro económico. Si lo tuviera, posiblemente ahora mismo estaría escribiendo en un ordenador bañado en oro porque, en las relaciones económicas, la información es un tesoro.
Sobre las criptomonedas y su futuro se está escribiendo mucho y de muy buena calidad. Casi todos los economistas de renombre se han atrevido a poner negro sobre blanco y opinar sobre el devenir de la moneda virtual. Los hay que piensan que el Bitcoin es una burbuja clara que antes o después estallará en la cara de sus tenedores, y también los hay que apuestan por el futuro del Bitcoin no solo como depósito de valor, sino como posible medio de intercambio indirecto (dinero).
Pero sin duda, de todos los que he leído el que he visto con más seguridad en sí mismo es el informe publicado por el Banco Citi titulado «How bad is Bitcoin for the world?» (Cómo de malo es el Bitcoin para el Mundo). En él se dice que el Bitcoin será un absoluto fracaso por cuatro razones fundamentales:
- Excesiva volatilidad. El Bitcoin es un activo sometido a demasiada volatilidad, lo que lo hace inservible como medio de pago estable.
- Al ser creado a espaldas del monopolio estatal de creación de dinero, los poderes públicos tienen mucho más difícil su control, y la eficacia del cobro de impuestos a los ciudadanos puede verse mermada.
- La seguridad del Bitcoin no es la apropiada para un activo informático con aspiraciones de convertirse en moneda o depósito de valor.
- Aumento de la economía sumergida. Las operaciones con Bitcoin son anónimas, lo que ofrece un abanico infinito de posibilidades a delincuentes y criminales a blanquear y realizar transacciones ilegítimas fuera de todo control jurisdiccional.
Por ello, entienden desde Citi, sería conveniente que los Gobiernos empezaran a tomar decisiones contundentes que busquen pinchar la burbuja. Quizás otras monedas virtuales lleguen a triunfar, pero el Bitcoin, por las razones expuestas, está condenado al fracaso.
¿Está en lo cierto Citi?
Yo (y creo que nadie dotado del don de la prudencia) no estoy en condiciones de saber si el Bitcoin será un absoluto éxito o un completo fracaso. Pero lo que sí podemos hacer para acercarnos a una hipotética situación futura es analizar los argumentos de aquellos que se han posicionado tanto a favor como en contra de la criptomoneda.
En este caso, Citi ha puesto sobre la mesa cuatro razones que llevará al Bitcoin supuestamente al fracaso. Vamos a analizarlas.
1. Excesiva volatilidad
Es cierto que el Bitcoin es un activo financiero sometido a una altísima volatilidad. El riesgo que un inversor asume al comprar Bitcoin es de una magnitud impredecible. Pero, igual que las personas que adquieren Bitcoin asumen grandes riesgos, también obtienen grandes rentabilidades cuando su precio se dispara.
Además, no debemos perder la perspectiva temporal en el análisis. El Bitcoin está sometido a una altísima volatilidad, entre otras cosas, porque es un activo relativamente nuevo cuyo uso aún no está generalizado ni como medio de intercambio ni como depósito de valor. Si el día de mañana esto llegara a suceder, la criptomoneda pasaría a cumplir el rol que hasta ahora han cumplido el oro (depósito de valor) o el dinero líquido (medio de intercambio indirecto). En otras palabras, a medida que su uso se vaya generalizando, su característica de activo altamente especulativo se iría reduciendo: ya no sería visto como un bien que se compra con vistas a venderlo, sino como un bien con un uso económico real.
En resumen, que hoy el Bitcoin esté sometido a una gran volatilidad no implica ni que vaya a ser un absoluto fracaso a corto plazo, ni que esa volatilidad vaya a ser eterna. Dependerá del grado de generalización y el uso que le demos los agentes económicos en el futuro.
2. Ineficiente
Se dice que con el Bitcoin, los Gobiernos perderían poder; tanto fiscal como monetario. Su capacidad de recaudar impuestos se vería altamente mermada, y el monopolio de creación del dinero se vería afectado. Una generalización del Bitcoin como moneda de intercambio cotidiano puede hacer que los ciudadanos solo demandemos la moneda emitida por el Estado para pagar los impuestos que nos corresponden.
Precisamente, esta es una de las mayores virtudes del Bitcoin: quitarle poder a los Gobiernos. La causa última de las crisis económicas está en la manipulación artificial de los tipos de interés y la distorsión de los riesgos. Con una moneda descentralizada, no sería posible en ningún caso manipular la cantidad de dinero disponible para el público, y por tanto alterar el sistema de precios relativos, fundamental para que el sistema capitalista funcione correctamente.
Si esta nueva realidad llegara a consumarse, el sistema financiero cambiaría por completo. No somos capaces de imaginar hacia donde iremos; pero sí estoy seguro de que nada sería igual.
3. Vulnerable
En la red no existe la seguridad total. Todo lo que sea moverse por internet es arriesgado y susceptible de ser alterado ilegítimamente.
No obstante, igual que operar con Bitcoin por internet supone unos riesgos de seguridad, también lo supone comprar y vender acciones, bonos o títulos de cualquier índole. De hecho, las bolsas de valores están completamente informatizadas y eso no las ha convertido en un absoluto fracaso; más bien al contrario.
Entonces, que exista un riesgo de vulnerabilidad informática real, esto no implica necesariamente que vaya a conducir al Bitcoin al absoluto fracaso. Simplemente es un factor de riesgo más que muchos otros activos financieros comparten.
4. Aumento de la economía sumergida
Muy ligado al argumento 2, el hecho de que el Gobierno no tenga capacidad de control de la moneda puede favorecer la economía sumergida y el blanqueamiento del fraude y el crimen, ya que las transacciones realizadas con Bitcoin son completamente anónimas.
Esto puede ser cierto en tanto que el anonimato es un buen escudo para los delincuentes. Pero también lo son los pagos en efectivo que no se quedan registrados en ninguna parte. Aunque hoy en España los pagos en metálico de más de 2500€ estén prohibidos, las personas que comenten delitos graves y se enfrentar a penas altas de prisión no tiene reparos en saltarse esta norma. Quien quiere esconderse de la justicia no necesita hacer uso del Bitcoin: ya hoy existen mecanismos y posibilidades que pueden hacer que una persona se oculte de la justicia, aunque al final (por suerte) la Ley y la verdad se acaban imponiendo.
Aunque, si nos paramos a pensar, el hecho de que se le pueda llegar a dar un mal uso a algo no implica que ese algo vaya a ser un absoluto fracaso. Simplemente indica la posibilidad de que se le dé un uso ilegítimo. No más.
Para acabar con el fraude y la economía sumergida es fundamental promover un ambiente de libertad económica, impuestos bajos y pocas regulaciones que hagan que el riesgo de saltarse las normas sea mucho más elevado del que actualmente es.
En definitiva…
No sabemos lo que será del Bitcoin. Todo depende de cómo los agentes económicos incorporemos de forma espontánea este activo como medio de intercambio; y eso no hay informe ni banco que pueda predecirlo. Simplemente ocurrirá o no. Pero lo que sí está claro es que estas cuatro razones expuestas por Citi no demuestran con contundencia que el Bitcoin vaya a ser un fracaso.