Una nueva temporada de Juego de Tronos para una nueva legislatura. Pocas personas pensaban que tardaríamos más en tener nuevo gobierno que en ver estrenada la serie, pero las cosas andan por España igual o peor que en los 7 reinos.
El Trono de Hierro sigue vacío, a la espera de nuevo dueño. Mariano Lannister es su actual regente, tenso y a la espera de que una nueva votación lo aúpe de nuevo al poder (y disfrutando de las vistas mientras tanto)
A su alrededor el mundo parece resquebrajarse: La insurrección norteña vió descabezada a su Rey, volviendo al redil del poder central. Mientras tanto, las demás fuerzas calculan sus movimientos, procurando frágiles alianzas abocadas a la victoria pírrica cuanto menos. Parece que ni todo el hierro de Braavos ni el oro de los Lannister puede inclinar la balanza. Y sin embargo, deberá hacerlo en la próxima gran batalla si quieren salir victoriosos.
Los dirigentes europeos, en cambio, parece que sólo se quedaron en la primera temporada. Sólo así se explica que su solución para los inmigrantes y refugiados que vienen huyendo de los Caminantes Blancos del ISIS pase por levantar otro muro de hielo que los mantenga alejados. Europa ya conoce de muros, de intolerancia y xenofobia, aunque el debate aquí va para rato. Quizá necesitemos más Jon Nieves, Comandantes de la Guardia que prediquen un mensaje de unidad y solidaridad frente a la barbarie. Pero esperemos que no tenga que venir nadie de entre los muertos para rescatarnos de nuestra propia verguenza.
Mientras tanto, vientos del pueblo nos llevan, nos arrastran, aventan las gargantas de los esclavos liberados por Daenerys Madre de Dragones. Las Ciudades Libres que ahora hacen honor a su nombre han pasado a ser controladas por un pueblo sin apellidos, sin sirvientes y señores ni clases sociales de ningún tipo. Pero la liberadora de pueblos tiene su mirada más allá del Mar Angosto, dispuesta a que se haga justicia con su familia y su pasado, contando con poderosos ejércitos más allá de lo imaginable. No en vano, la magia ha vuelto al mundo, y los dragones con ella.
Esperamos ansiosos a que la justicia y la paz regrese a la tierra de George R.R. Martin casi tanto como al nuestro. Pero entre que eso ocurra y no, tranquilos, aquí tenéis vuestro refugio.
Bienvenidas y bienvenidos, a Cámara Cívica.