Populismo en la Tierra Media

El Señor Oscuro Sauron y su aliado Saruman han conseguido unir a orcos, uruk-hai, hombres del sur y otros en la causa común de esclavizar a toda la Tierra Media. Un futuro controlado desde Mordor permitiría a todos los pueblos colonizadores vivir simplemente exprimiendo el fruto del trabajo forzado del resto de razas. Al menos, de las razas útiles para trabajar.

El sálvese quien pueda no funciona. Restaurada la lucidez de Théoden, Rey de Rohan, decidió defenderse de la amenaza enemiga por sí solo. Encerrar a su pueblo en el Abismo de Helm se demostró una estrategia ineficaz, pues de no ser por Gandalf y Eomer no habrían visto un nuevo día. La victoria en los Campos del Pelennor entre el ejército de Góndor, Rohan y los Muertos contra las mesnadas del Enemigo demuestra que es mejor marchar separados pero golpear juntos.

La cadena de equivalencias: momento populista en la Tierra Media

La reconstrucción de Góndor, la cura de los heridos de Rohan, la crisis por la caída de Denethor, la reparación de las aldeas del Folde Oeste, la marcha de los elfos de la Tierra Media… y por supuesto la destrucción del Anillo Único por Frodo. Esta concatenación de problemas parece el caldo de cultivo para soluciones drásticas. Estas demandas motivan en su búsqueda de solución a los afectados. Sin embargo, tienen en común que su solución se encuentra frustrada por la actividad de Sauron. Cuando una serie heterogénea de demandas tiene en común que son insatisfechas por culpa un poder sordo, se forma una cadena de equivalencias entre ellas. Pronto las luchas se unen. Todos olvidan sus viejas rencillas y ponen el foco en el enemigo común: Sauron.

La identificación -o construcción- de un enemigo común supone trasladar la frontera interna al exterior. En lugar de hablar de Góndor, Rohan o Rivendel, pasamos a hablar de “los Pueblos Libres de la Tierra Media”. Estos pueblos tienen en común que no son capaces de alcanzar la plenitud, la felicidad, por culpa de un elemento perverso: el Señor Oscuro. Así, al identificar al enemigo común las fronteras internas se diluyen y es posible movilizar al Pueblo como sujeto político. Sin embargo, para activar el poder de la cadena de equivalencias entre demandas populares es necesario un líder que la interpele. Es el momento del Retorno del Rey.

El líder populista que interpela las demandas del pueblo

 ¡Ay! si debe morir. Habría de haber reyes en Gondor, como dicen que hubo una vez. Porque  el antiguo saber dice: Las manos del rey son las manos de un sanador.  

– Ioreth, El Retorno del Rey

Una persona normal puede hacer algo extraordinario. Sobretodo si la colectividad la toma como representante de lo extraordinario. Aragorn ha vuelto a forjar la espada de Isildur con la ayuda de Elrond. Debe olvidar al montaraz y dejar salir al rey. En este momento, nuestro viejo amigo Trancos deja de serlo para acumular el carisma y el capital político necesario para articular todas las demandas insatisfechas de su pueblo Un nuevo rey para una nueva era. Un líder populista que interpele la cadena de demandas equivalentes. Los deseos de libertad, paz, prosperidad de los pueblos libres de la Tierra Media se ven reflejados en él. Pero para conseguir esto hay que batir al Enemigo.

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En la última batalla entre los aliados y el Señor Oscuro, frente a la Puerta Negra, Aragorn sabe que debe apelar a esos deseos, esas demandas que subyacen en los corazones de cada uno. El verdadero liderazgo consiste en crear proyectos comunes alrededor de un fin. En este caso el fin es resistir a Sauron para dar tiempo a Frodo para que destruya el Anillo. El proyecto común, luchar hasta el último aliento. Por ello, en el discurso que da frente al ejército humano les pide que luchen “por todo aquello que vuestro corazón ama de esta buena tierra”. Por los heridos, por la libertad, por los que murieron, por Góndor, por Rohan, por no tener que vivir sometido a un tirano… todas esas demandas están en peligro por culpa de Mordor y por tanto la cadena de equivalencias, lo que hace que todas estén unidas, puede ser interpelada por el líder. Ya no son hijos de Góndor, de Rohan… las viejas etiquetas ya no valen. Son los Hombres del Oeste, y así es como el líder se dirige a ellos. Es así como se consigue que estén dispuestos a luchar.

Sin embargo, aún queda la posibilidad de que la cadena de equivalencias se rompa. De que algunos entiendan que sus demandas pueden ser satisfechas de otro modo -¿quizás sirviendo a Sauron?- o darse cuenta de que cada uno de ellos entiende algo diferente por “libertad” -rompiéndose la efectividad de los significantes vacíos, que cada uno llena con su propio significado. ¿Cómo hacer comprender a todos en ese momento de tensión que cada una de las luchas por las que merece morir para salvar la Tierra Media están en peligro?

La respuesta está en la hegemonía

De pronto, de entre todas las particularidades de todas las demandas colectivas que se encuentran en la cadena equivalencial, una sobresale por el resto. Esa lucha concreta es diferente de todas las demás y sin embargo equivalente, por lo que permite que surja la magia: en la mente de todos, luchar por una sola demanda hegemónica supone luchar por las demás. Aragorn sabe ésto, sabe que todo el mundo puede entender que hay un objetivo muy concreto que puede suponer la salvación de toda la Tierra Media y, posteriormente, la realización de todas las demás luchas: la destrucción del Anillo Único. Por eso, en el momento de mayor tensión, con un ejército de monstruos rodeando a los pocos valientes que aguantan, el líder interpela a la cadena de equivalencias recurriendo a la demanda hegemónica, algo más eficaz que cualquier discurso. Basta simplemente decir: “Por Frodo”. Y salir espada en mano contra el enemigo. 

Al final el Pueblo como sujeto político articulado alrededor del liderazgo del Rey de Góndor ha conseguido su objetivo: vencer a los opresores y alcanzar la paz. Sin embargo, hay una idea que me ronda la cabeza: que Aragorn haya sido un buen líder popular en tiempo de guerra no significa que sea un buen gestor en tiempo de paz. ¿Cuál es su política fiscal? ¿Qué opina respecto a los derechos de sus súbditos? ¿Se rodeará de asesores técnicos o de cortesanos afines? Efectivamente, usar un discurso populista es útil para entender cómo se logra la movilización social y, quizás, alcanzar el gobierno. Sin embargo nos dice poco de la configuración de un programa político.

“Este día no pertenece a un solo hombre, sino a todos. Entre todos, reconstruyamos este mundo, para compartirlo en tiempos de paz.” Aragorn (El Retorno del Rey – Película)

 

BIBLIOGRAFÍA

-LACLAU, E., La Razón Populista, Fondo de Cultura Económica de Argentina, Buenos Aires (2005).

-TOLKIEN, JRR, El Señor de los Anillos III: El Retorno del Rey, Ed. Minotauro, Barcelona (2002).

-CERBINO, Mauro, ”Posmarxismo, discurso y populismo. Un diálogo con Ernesto Laclau” en Íconos. Revista de Ciencias Sociales nº 44, Quito, septiembre 2012, pp. 127-144.

-El País, 13/4/2015, “Hay una necesaria dimensión populista en democracia”, entrevista a Chantal Mouffe.

-Ernesto Laclau: “Representación y movimientos sociales”.

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Manuel Rodríguez

Consultor político y de innovación social. CEO de Cámara Cívica. Comunicador. Divulgador político. Creo conversaciones para generar ideas que hagan un mundo más justo.

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