Los sanitarios no son héroes

Sí, han leído bien. Los sanitarios no son héroes. Dejemos de utilizar dicha etiqueta. Un superhéroe no tiene horarios ni miedos. Al superhéroe no se le permite quejarse, simplemente existe por y para combatir el mal. Los superhéroes solo existen en la ficción.

Por el contrario, los sanitarios son personas de carne y hueso, con sus miedos y sus proyectos vitales más allá de lo laboral, unos proyectos que han sido apartados a causa de la pandemia, con el consiguiente coste psicológico. Claro que los sanitarios, como tantos otros trabajadores, cumplen una función social, pero no por ello deben dedicar todo su tiempo a cumplir dicha función como haría un superhéroe de cómic. Los sanitarios, en tanto que personas de carne y hueso, deben poder disfrutar de su esfera privada del individuo, una esfera que en esta pandemia están descuidando por su encomiable dedicación al colectivo. Me refiero a las innumerables ocasiones en las que han duplicado o hasta triplicado turnos en los últimos tiempos.

Nuestro sistema de salud tiene problemas estructurales que no pueden taparse con fórmulas mágicas como apelar a la vocación de los profesionales. Los sanitarios tienen vocación, claro, pero eso no debe ser utilizado como excusa para evitar mejorar sus condiciones de trabajo o para evitar reforzar el sistema de salud. Conviene recordar que los sanitarios, a diferencia de los superhéroes, tienen derechos laborales, como cualquier otro trabajador.

Por añadidura, un superhéroe no tiene formación y un sanitario sí. En esa línea, es bochornoso que profesionales formados en España tengan que emigrar a otros países debido a la falta de oportunidades, la temporalidad, la inestabilidad laboral y la precariedad. No podemos perder ese talento que tan bien vendría a nuestro sistema de salud.

Esperemos que la próxima pandemia nos pille mejor preparados. Para ello, afrontemos los problemas del sistema y tratemos a los sanitarios como lo que son: personas de carne y hueso, con ilusiones y miedos, vida privada y derechos laborales. Creo que la etiqueta del superhéroe deshumaniza. Los superhéroes no sienten miedo en el trabajo, no se ven sobrepasados, no necesitan hacer una gestión emocional y no tienen derechos.

Sin ánimo de caer en la idealización, los sanitarios hacen su trabajo lo mejor que pueden y deben lidiar con situaciones muy duras en su día a día. No debemos olvidar que los sanitarios son trabajadores que forman parte de un sistema, de una estructura. El discurso del superhéroe obvia esto último y pone el foco en el individuo, proyectando una imagen del sanitario como salvador, un sanitario al que se atribuyen una serie de virtudes como la valentía o la resiliencia, entre otros.

En mi humilde opinión este discurso, pese a formularse con la mejor intención del mundo, puede constituir un arma de doble filo, ya que quizá algunos sanitarios terminen reprimiendo sus sentimientos y sensaciones por sentirse obligados a encajar con esa imagen modélica. Asimismo, debido a que este discurso pone el foco en el individuo y no en el sistema, el sanitario podría interiorizar un sentimiento de culpabilidad a raíz de los casos de pacientes que desgraciadamente terminan falleciendo; cuando ni con todo su buen hacer ni con toda la vocación del mundo se podría salvar a esas personas en un contexto en el que los recursos son insuficientes y los problemas estructurales del sistema siguen sin resolverse.

En los últimos meses se están publicando numerosos estudios que advierten de un brutal aumento en el riesgo de suicidios entre el personal médico a raíz de la pandemia. Esta realidad no debe ser ignorada. Mejoremos el sistema y, sobre todo, humanicemos a los sanitarios en vez de sacralizarlos. Seamos empáticos y escuchemos. Cuidemos a quien nos cuida.

Sirva este texto como mi particular muestra de agradecimiento a todas las personas que son imprescindibles en el funcionamiento de nuestros hospitales y centros de salud de atención primaria y especializada. Gracias a los profesionales de todas las categorías: personal médico, de enfermería, administrativo, de limpieza, de cocina, fisios, técnicos, auxiliares, celadores… Gracias.

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Pablo Laín Guerrero

Politólogo por la Universidad Autónoma de Madrid y co-fundador de Fundación Democracia Deliberativa (democraciadeliberativa.net)

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