“¿Quieres contar a tus amigos? Cae en el infortunio” (Napoleón Bonaparte).
Enemistarte con todos cuando estás en el poder trae consecuencias. La más palpable es que cuando te vayan mal las cosas nadie vendrá a socorrerte.
A Mariano Rajoy le ha pasado como a Cersei Lannister. A la reina regente de Poniente en un momento dado la encierran las autoridades religiosas a causa de sus pecados. Ella da por hecho que vendrán todos sus aliados políticos a rescatarla. Al fin y al cabo, ella es quien es. Pero no. Más de uno -incluso su hermano- acaba entendiendo que entre cuatro paredes está mejor, ya que no puede hacer daño a nadie. Se recoge lo que se siembra.
Pues Mariano Rajoy podría sacar buenas conclusiones de este episodio de Juego de Tronos. No haber cultivado apropiadamente alianzas significa que si te caes nadie va a correr a sostenerte. Por eso no se entiende que mientras algunos actores políticos han pasado a la ofensiva, Rajoy haya decidido ganar tiempo y sentarse a esperar a que vengan a buscarle. Sobretodo dejando atrás una serie de precedentes que no te ayudan. Se podrá opinar lo que se quiera de la gestión del presidente en funciones, pero si hay algo claro es que ha cabreado a todo el mundo.
¿Por qué digo que Rajoy se ha ganado quedarse solo?
Nadie podrá negar que estos cuatro años de mayoría absoluta del PP han generado una gran contestación social en la calle y malestar en las instituciones. Diputados de todo signo han protestado por el bloqueo que la mayoría absoluta hace al debate parlamentario, las medidas de control al Gobierno o al proceso legislativo. Ese “rodillo”, como suelen llamarlo, no se olvida y por ello muchos ahora se lo pensarán os veces antes de acudir a la llamada de Mariano.
Muestra de ello tenemos un rosario de leyes que la oposición ha pactado derogar:
- a) Por una parte tenemos la LOMCE: un paquete de medidas que unidos a varios decretos del Ministerio de Educación capitaneado por el ministro peor valorado -cuyo nombre no pronunciaré, cual Voldemort– ha puesto en contra a toda la comunidad educativa. Estudiantes, profesores, profesionales, familias y demás contestando una ley que resta peso a la cultura clásica para dárselo a la formación empresarial, elimina la democracia de los centros escolares, refuerza la enseñanza religiosa y un largo etcétera, que se une a la subida de tasas universitarias y la caída de la cobertura de becas.
- b) La Ley Mordaza: una de las pocas cuestiones en las que Cámara Cívica se ha mojado. Un conjunto de reformas legales (Ley de Seguridad Ciudadana, de Enjuiciamiento Criminal, Código Penal) que entendemos que suponen un retroceso en derechos y libertades al quitar garantías procesales al quitarle competencias a los órganos judiciales y dárselos a la policía. También restablece la cadena perpetua en España -bajo el eufemismo de “prisión permanente revisable”, lo que es una contradictio in terminis– y da cobertura jurídica a las “devoluciones en caliente”, lo cual en un país fronterizo con España tiene importantes consecuencias.
- c) Otras como volver al sistema de independencia de RTVE abolido por Rajoy, el cambio en el sistema de pensiones o el cierre de centrales nucleares.
Estas y otras políticas -faltó poco para prohibir el aborto en nuestro país- ha hecho que las demás fuerzas políticas pasen de sus diferencias contra un enemigo común. Por eso Rajoy no puede esperar que ahora los demás grupos políticos vengan corriendo a sus brazos. En política hay que pensar a largo plazo y gobernar cuatro años con la apisonadora de una mayoría absoluta no se olvida fácilmente… y menos a los que has aplastado.
Ya hemos explicado que este parlamento se caracteriza por multiplicidad de fracturas, que origina que los partidos se unan o no según la materia. Rajoy reivindica que los partidos “constitucionalistas” (PP, PSOE, C’s) se unan para dar estabilidad. Esto es posible, pero es solo una de las fracturas en juego. Teniendo en cuenta la cantidad de políticas que unen a los demás, parece que quien tiene más margen de maniobra es el PSOE. Es el segundo en número de escaños pero no tiene a tantos grupos en contra, como reconoció el mismo Rajoy en su comparecencia. Sin embargo, pese a que Pedro Sánchez está dispuesto a intentar formar un gobierno progresista llegado el momento (cuando Rajoy fracasase al intentarlo, como dijo en la rueda de prensa tras reunirse con el rey) tiene un frente abierto y es el interno: varios líderes territoriales no quieren ni oír hablar de llegar al Gobierno gracias a Podemos.
¿Qué ocurrirá ahora? Pues hay varias opciones: una, que a Mariano le salga bien la jugada y los errores de sus adversarios le lleven a ganar la partida y la presidencia. Esto no lo digo por nada: ha ganado dos elecciones con la estrategia de evitar el conflicto. Quedémonos en una esquina mientras los demás se acuchillan. Hilando más fino, Mariano Rajoy lleva en su estilo directivo es no ser anticipatorio ni mostrar iniciativa. Según la clasificación de Schein, Rajoy encarna el tipo depresivo de liderazgo, “basado en un sentimiento difuso de desesperanza e inseguridad, deriva en una pasividad fatalista, en conservadurismo y en una tendencia a adaptarse mecánicamente a aquellos ámbitos del entorno que sean más estables y menos “amenazantes”. Implica, en general, la ausencia en el líder de la función de impulso político.” De hecho, como ya hemos visto, su estrategia se ha limitado a decir que la economía requiere estabilidad y que para eso lo mejor es un gobierno del PP hasta ayer, cuya jugada fue declinar la oferta del rey para ganar tiempo hasta conseguir los votos. Pero nuevamente, no ha hecho ningún golpe de efecto para ganarse los votos de PSOE y Ciudadanos. Su “hacer” es “no hacer”.
Otra opción sería que, como hizo hace algunas semanas Artur Mas en Cataluña, se haga un lado para que gobierne su partido… sin él. Hace meses ya planteábamos algunas hipótesis, aunque ahora surgen otras nuevas. En cualquier caso, por las últimas declaraciones off the record del presidente en funciones parece que está decidido a seguir siendo él el protagonista del momento.
Finalmente, la última opción que tendría Rajoy sería la misma que Cersei Lannister muestra en la saga fantástica: rebajar sus exigencias, relajar el tono y hacer penitencia. Al fin y al cabo, la fragmentación del parlamento le va a obligar a negociar ya que en ningún caso conseguiría la presidencia por sí mismo. La pega de jugar esta carta es que los tiempos corren y si no toma la iniciativa… puede que tenga que hacer las maletas de la Moncloa.
¿Moraleja de la historia? Que la soberbia se paga caro y que si pisas a muchos al subir… igual no te echan un cable al caer.
BIBLIOGRAFÍA
“El PSOE tiene pactado con la oposición derogar media docena de leyes de Rajoy”, en Europa Press: http://www.europapress.es/sociedad/noticia-psoe-tiene-pactado-oposicion-derogar-media-docena-leyes-rajoy-20151101110938.html
MARTIN, G. (2013), Danza de Dragones. Canción de Hielo y Fuego (V), Ed. Gigamesh.
NATERA, A. (2001), El liderazgo político en la sociedad democrática, Madrid, Centro de Estudios Políticos y Constitucionales.
SCHEIN, E.H. (1985), Organizational Culture and Leadership, San Francisco: Jossey-Bass.