Los X-Men (de Hickman): una lección magistral de populismo

Los X-Men: una lección magistral de populismo

Los X-Men siempre han sido objeto de debate. Sinceramente, está en bandeja: un grupo minorizado de individuos con características que los hacen diferentes al resto, por las cuales sufren el odio y el ostracismo de la sociedad. Si de eso no se puede hacer una lectura política, ¿de qué se puede hacer si no?

Escrito por Ariana Castro.

Pero hoy no venimos a analizar la obra de los X-Men en su conjunto, ni de sus personajes, ni nada técnico del mundo del cómic que no corresponde a Cámara Cívica. Aquí somos expertas en darle una lectura política a cosas que en un primer momento puede parecer que no la tengan. En este caso, traemos los X-Men de Jonathan Hickman, quién creó una de las mejores obras de los últimos años. 

«¡Mutantes, reuníos!»

Los X-Men de Hickman son una obra colosal e interconectada que nos presenta una nueva situación para los mutantes. Gracias a las habilidades combinadas de varios de ellos (sobre todo de Moira X, quien puede reencarnarse sin olvidar lo que ha vivido, y de Charles Xavier, maestro telépata y líder de los X-Men), los mutantes tienen la posibilidad de anticipar las desgracias que les ocurrieron a lo largo de su historia, responder a ellas y crear una comunidad que proteja a los individuos con el gen. Y todo esto uniendo las facciones siempre divididas del Profesor X y de Magneto. Pero, ¿cómo es posible?

La respuesta es muy sencilla y a la vez tremendamente compleja: nosotros. La premisa básica de esta nueva historia es que la comunidad mutante esté unida para afrontar todos los intentos de la humanidad de destruirla, algo que nunca fue posible. Moira X ha vivido muchas vidas, y en cada una de ellas ha visto cómo los humanos encontraban diferentes formas de erradicar a los mutantes de la existencia. Gracias a su experiencia, la conclusión a la que llegó fue que necesitaban crear una nación mutante que los uniese a todos: con su soberanía, sus leyes, su lengua y hasta su territorio, la isla de Krakoa (que, por cierto, es otro mutante). 

House of X #1

Pero, ¿qué pinta el populismo en todo esto? Primero debemos aclarar qué es el populismo, porque una vez lo veamos, la conexión se hace sola. Aunque es un debate abierto dentro de la disciplina, el populismo responde a una herramienta discursiva, incluso una ideología fina, que se basa en la dicotomía del nosotros vs. ellos. Normalmente, el nosotros se personifica en un pueblo bueno, frente a un ellos que suele ser la élite corrupta (Mudde, 2004).

El pueblo es un concepto que viene de las Revoluciones francesa y americana, con herencia en las famosas palabras de A. Lincoln “a government of the people, by the people, and for the people”. Lo que hace tan útiles esos significantes es que se pueden rellenar con lo que quieras, siempre que sigan este patrón. 

Dentro del estudio del populismo, hay diferentes enfoques, pero hay dos muy pertinentes para el caso que estamos estudiando. Por un lado, el enfoque desde la filosofía política de Mouffe y Laclau, quienes lo ven como una herramienta emancipadora, la cual mediante el uso del conflicto moviliza a los excluidos por el status quo y aspira a cambiarlo. En este cómic usan la idea de que los mutantes son históricamente discriminados para que estos se unan bajo un mismo espacio y cambien las reglas de juego del sistema mundial. 

Por otro lado, otro enfoque más actual lo sitúa como una herramienta que sirve a un líder carismático, quien concentra el poder y se mantiene en conexión directa con las masas. Esto también encaja, ya que Charles Xavier es el pegamento de la nación mutante, incluso Magneto lo reconoce y decide seguirlo por ello. A lo largo de la historia, el aire mesiánico alrededor de su figura es una constante, ya que no solo es el líder sino que gracias a su habilidad, habla directamente con cada mutante y les ofrece un refugio en Krakoa, su lugar en el mundo. 

En esta historia, el nosotros claramente son los mutantes, unos mutantes históricamente perseguidos por ser diferentes, que no han hecho nada malo y que han sufrido una violencia inimaginable por parte del otro. El otro es la humanidad, una agresiva, injusta y que discrimina al que es diferente, o en este caso, a quien es superior (por si no lo sabéis, la mutación viene dada porque son homo superior, literalmente una nueva escala en la cadena evolutiva). 

¿Cómo proteger a los mutantes?

¿Cuál es la manera que encuentran los X-men de defenderse de la humanidad? Como ya se mencionó antes, crean su propia nación conformada solamente por mutantes, por el nosotros. Esto es algo profundamente populista, pero llevado al extremo, ya que los partidos y líderes populistas suelen apelar al grupo dentro de una entidad como es el Estado, pero sin implicar a habitantes del resto del mundo. Por ejemplo, si vemos España a través de VOX, el nosotros serían los españoles nativos frente a un otros que son los enemigos de la patria (mainstream político, nacionalismos, inmigración…). 

House of X #1

Una parte fundamental de este discurso es el enemigo. Su caracterización es clave para que suponga una amenaza a la integridad del nosotros, de sus valores e incluso de su supervivencia. Sin este enemigo no podríamos construir la dualidad que genera tanta adherencia al grupo propio. Es decir, sin la humanidad como “genocida” de los mutantes, no existiría la posibilidad de crear una nación para todos ellos, porque estos tienen intereses y contextos diferentes, como cualquier otra persona. 

Además, otro concepto clave para entender esto es la voluntad general. La élite o el otro suelen ver al pueblo como deshonesto, inferior, vulgar… y no respetan su voluntad, sino que siguen sus propios intereses egoístas. Por este motivo, los partidos y líderes populistas suelen darle forma a esta voluntad general a través de elementos que están mal vistos por el status quo, normalmente de su cultura popular. Aquí se exacerba el gen mutante y su estigma para crear identidad a su alrededor y reforzar la idea de un todo unido contra el enemigo común.

Polarización mutante

La cuestión de este artículo no es contar absolutamente todo lo que ocurre en el cómic, tampoco hacer un juicio moral de si es correcto o no lo que se cuenta en él. Lo que queríamos mostrar es lo sencillo que puede llegar a ser conformar un relato populista, sobre todo a día de hoy, con una polarización tan marcada (Orriols, 2021) y el auge de partidos que exacerban la diferencia. 

Esta historia es ilustrativa de lo poderosa que es la identidad construida en oposición al otro, a una otredad que supone una amenaza directa contra la integridad del grupo y su supervivencia. En el caso de los X-Men, la amenaza es real y ha supuesto su extinción en incontables ocasiones. Pero, ¿justifica el aislamiento de los mutantes? Esa no es una pregunta que se pueda contestar con facilidad ni sin entrar en juicios morales. 

Lo que está claro, es que hoy en día la proliferación del discurso populista está en auge y ha demostrado ser una herramienta profundamente eficaz dados los resultados electorales de quienes la usan. Su versatilidad reside en que puede usarse en ambos lados de la escala ideológica, donde cualquiera puede escoger su nosotros y su ellos y construir un relato que genere adherencia e identidad compartida, a través del uso de la moralidad y la polarización. Muy buen truco, Charles. 

Fuentes:

Mudde, C (2004) The populist Zeitgeist. Populism in Europe. Government & Opposition. 

Orriols, L (2021) La polarización afectiva en España: bloques ideológicos enfrentados. ESADE, Ramon Llull University.