La silenciosa progresividad en frío del IRPF

Una vez abierto el período tan temido por los contribuyentes para poder realizar la declaración de la renta 2021, es importante hablar sobre el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y como éste se ve afectado por el fenómeno de la inflación.

Escrito por Carlos Sánchez.

En estos tiempos convulsos en los que nos vemos inmersos, habremos notado en nuestro bolsillo como nos cuesta más llenar la cesta de la compra, salir a tomar algo o simplemente hacer alguna escapada un fin de semana. Ello es debido a la inflación, que no es sino un incremento generalizado y sostenido de los precios de bienes y servicios en un país determinado y en un período de tiempo sostenido.

¿Qué consecuencias puede traer un aumento de la inflación?

Principalmente, una pérdida del poder adquisitivo, pues realmente, con el mismo dinero que se percibía antes de un aumento de la inflación, se gasta una mayor cantidad de dinero en adquirir bienes y servicios, existiendo una diferencia entre la renta nominal (aquellos ingresos que percibes que no tienen en cuenta la pérdida del poder adquisitivo) y la renta real (aquellos ingresos que sí tienen en cuenta esa pérdida).

Entonces, ¿cómo podría no sufrir esa pérdida del poder adquisitivo?

Pues bien, una de las formas es través de un incremento en el nivel de la renta que te permita adquirir esos bienes y servicios, equiparando el poder adquisitivo al que existía antes del incremento de la inflación.
Aquí es donde entra en juego el IRPF. La característica principal de este impuesto es que es progresivo, esto es, a medida que aumentan los ingresos que percibimos, aumenta la tributación y además lo hace en proporción superior al aumento de esos ingresos.

Imaginémoslo teniendo como referencia los “quesitos” del Trivial. La renta se divide en esos quesitos y cada quesito tiene un porcentaje distinto. El primer quesito que consigamos representa hasta 12.450€ y tributa a un 19%, mientras que el segundo quesito que obtengamos que represente desde 12.450€ hasta 20.200€ tributa a un 24%. Y así hasta alcanzar el último quesito para ganar el juego, de tal manera que mayor será el porcentaje cuanto mayor sea la renta que obtengamos.

¿Y cómo influiría la inflación en el impuesto que tenga que pagar a Hacienda?

Muy fácil. Imaginemos que, ante un aumento de la inflación, tendrá que verse aumentado nuestro salario, para evitar la pérdida de poder adquisitivo. Sin embargo, el IRPF se trata de un impuesto progresivo, de tal manera que soportaremos una mayor carga tributaria ante el aumento de nuestro salario.

Esto traería consigo una disminución de nuestro salario una vez hayamos pagado impuestos (es lo que se denominaría una disminución de la renta disponible), sin que nuestra capacidad económica haya aumentado realmente. Pues bien, este fenómeno es lo que se conoce como progresividad en frío o rémora fiscal inflacionaria.

Desafortunadamente, esta progresividad en frío afecta no solo a aquellos contribuyentes que, como consecuencia de ese aumento de la renta, consigan alcanzar el siguiente tramo (y que tributen a un mayor porcentaje), sino también a aquellos que se mantengan en dicho tramo y no lo consigan superar (que, aunque se encuentren en el mismo tramo, aumentará el tipo que grava la última parte de la renta que han obtenido y, como consecuencia, aumentará el tipo impositivo medio).

Además, puede afectar en las diferentes reducciones o en los mínimos personales y familiares, de tal forma que, superando determinados umbrales, estemos obligados a tributar, o lo hagamos en una mayor cantidad.

Desde el punto de vista de la Hacienda Pública, esto supone un incremento en las arcas del Estado. Ello puede suponerles una oportunidad para lograr un impacto redistributivo superior en aras de cumplir con la función del impuesto: el sostenimiento del gasto público.

No obstante, la balanza en la que se encuentra, por un lado, el poder adquisitivo del ciudadano y, por otro lado, la redistribución del Estado, parece que se decanta más hacia un ajuste en los tramos del IRPF, máxime teniendo en cuenta la reciente noticia del empeoramiento de España en el ranking de la OCDE en lo que respecta a la eficiencia del gasto público.

En conclusión, esto nos lleva a una primera reflexión acerca del diseño de un sistema fiscal, el cual debería estar caracterizado por la presencia de cláusulas de ajuste a los tramos correspondientes del IRPF, teniendo en cuenta factores como la inflación; y a una segunda reflexión, sobre la situación de desconocimiento e incertidumbre constante del contribuyente en este contexto de subida de precios, agravada por los acontecimientos que, desgraciadamente, siguen ocurriendo…

BIBLIOGRAFÍA

  • GÓNZALEZ-PÁRAMO, J.M. (1987). Una medición de la rémora inflacionaria del IRPF, 1979-1985. Investigaciones Económicas (Segunda época), 11(2), 345-366.
  • GRANELL , RAFAEL , & HIGÓN, FRANCISCO , & FUENMAYOR, AMADEO , & SANCHÍS, JUAN (2008). Los efectos de la inflación sobre la desigualdad en el IRPF español. Estudios de Economía Aplicada, 26(3), 1-25.[Fecha de Consulta 23 de Abril de 2022]. Disponible aquí.
  • MARTÍNEZ, J. M. D. (2012). ¿Es necesario deslizarse a un escalón superior de renta para verse afectado por la progresividad en frío? eXtoikos, (7), 111-112.

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