Harvey Milk, el primer político abiertamente gay de los EE.UU.

Harvey Milk fue el primer político abiertamente gay de los EE.UU., al ganar un puesto en el Consejo de Supervisores (que sería similar a un ayuntamiento español, donde el pleno tiene que ponerse de acuerdo para aprobar las ordenanzas) de la ciudad de San Francisco en 1977. La historia de su lucha por el empoderamiento y la organización política del colectivo LGTB (que actualmente ha sumado nuevas identidades para convertirse en LGTBIQ) fue llevada al cine con la película ‘Mi nombre es Harvey Milk’ (2008).

Su papel en la lucha dentro del colectivo LGTB fue muy significativo, entre otras cosas, por la normalización de su condición sexual, que expresó abiertamente y sin esconderse en todos los espacios públicos y organizaciones políticas. Esto terminará siendo criticado tanto por heteros como homosexuales de puestos importantes, que al principio le niegan el apoyo.

Visibilización y normalización del colectivo LGTB

De ahí parte la idea de Harvey de que para conquistar sus derechos deben ejercer y concienciar sobre la normalidad. Dentro de su estrategia está la intención de no esconderse bajo lobbies demócratas u otros grupos minoritarios. Tampoco defiende una postura paternalista (“demos espacio a estos anormales”), sino que el colectivo persigue visibilizar la conquista de los derechos como gente normal que son, como personas pertenecientes a la sociedad que no sólo no hacen ningún mal, sino al contrario.

Aquí subyace el concepto de inclusión, transmitir la idea de que ser gay es algo normal y corriente, y todos deben entenderlo y respetarlo, sin eufemismos. No es un mero tolerar, es incluir como igual dentro del espacio público.

Alianzas políticas y segmentación del mensaje, claves para entrar en las instituciones

Otra pieza principal de su estrategia política pasa por la segmentación del mensaje para llegar a distintos públicos, así como tejer alianzas con otros colectivos sociales. En la película, por ejemplo, podemos ver cómo se forja la alianza con el sindicato de camioneros para ayudarse mutuamente en sus demandas colectivas. Este tipo de estrategia aparece también en películas como ‘Pride’, que cuenta cómo el colectivo LGTB se unió a las luchas de los mineros durante el período de Margaret Thatcher.

Esa es una gran manera de ‘hackear’ el sistema. Como líder del movimiento, Harvey Milk aprovecha tanto aspectos de su personalidad como el apego a los valores de determinados grupos para lograr que se involucren y solidaricen con la causa LGTB. Así, Harvey consigue apoyo de los grandes periódicos liberales al ofrecerse como un “empresario de éxito”; a los conservadores y liberales les habla de su libertad individual y el respeto a los Derechos Humanos, etc.

La comunidad LGTB como sujeto político

La clave fundamental de todo este proceso es empoderar y crear comunidad política donde no había un sujeto político definido previamente. “Soy Harvey Milk, y vengo a reclutaros” solía ser la frase con la que arrancaba todos sus mítines. La comunidad LGTB es excluida de la sociedad, y sus miembros han sido marginados por su condición lo que hace muchas de estas personas sean inseguras y reacias a manifestarse públicamente. Este cambio en su mentalidad convierte a los gays en colectivo, como masa de voto que defiende unos intereses determinados que pasan también por unirse y pactar con sindicatos, mujeres, ancianos, minorías, creando un frente común entre todas las personas que no cumplen el canon de varón blanco heterosexual y que son discriminadas por el sistema.

Harvey Milk saludando a un grupo de ancianos durante la campaña en 1975.
Harvey Milk saludando a un grupo de ancianos durante la campaña en 1975.

La película también visibiliza muy bien la situación de estigmatización social de la homosexualidad: Repudiados por sus familias y por su comunidad, muchos jóvenes vagaban por el país y recalaban en guettos donde tarde o temprano sucumbían a la drogadicción, las ETS (prostitución) o eran asesinados. San Francisco fue la primera ciudad donde se pasó de un guetto a una auténtica comunidad, y a lo largo de las décadas se ha convertido en pionera del movimiento gay en el mundo.

Por supuesto, gracias a la feroz lucha de personas como Harvey Milk, que terminaron dando su vida por la causa.