La ex diputada de la CUP Anna Gabriel ha sido citada para declarar ante el Tribunal Supremo, ante lo cual ha decidido quedarse en Suiza. Lo llamativo del caso es que lo que ha ocupado en gran parte la agenda mediática no ha sido esta distorsión de la acción judicial… sino su pelo. La política anticapitalista ha concedido una entrevista en la que se la podía ver si sus características camisetas con mensajes reivindicativos y, por supuesto, sin su famoso flequillo.
Dejando de lado la idoneidad o no de opinar sobre una mujer por su aspecto, llama la atención que una simple horquilla haya distraído la atención de una maniobra de evasión, pero la comunicación a menudo funciona así. Esta técnica de distracción se viene usando desde la antigua Grecia, y tiene su origen en la historia del “perro de Alcibíades“.
Alcibíades (450 – 404 a.C.) fue un político y estratega ateniense. La injusticia y corrupción de su gobierno, conocida por todos, amenazaba con derrocar su mandato. Por ello buscó la manera de distraer la atención de los ciudadanos, para lo cual compró un perro de una rarísima y majestuosa raza, lo exhibió por la calle y acto seguido le cortó la cola en público.
De este modo, toda la ciudad de Atenas estuvo debatiendo durante días acerca de la enorme crueldad del acto cometido contra el pobre animal. Las palabras de Alcibíades fueron: “Mientras los atenienses tendrían que estar pendientes de los problemas de Atenas, la gente está hablando de mi perro”.
¿Parece que existe un paralelismo importante entre ambas historias, no os parece?
[bctt tweet=”Mientras los medios hablan del flequillo de Anna Gabriel, no prestan atención al hecho de que está perseguida por la justicia.” username=”camaracivica”]
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