¿Eugenesia o emancipación femenina?: el caso de “La Virgen Roja”

Introducción

Madrid, 1931. Una joven se abre paso entre pancartas que rezan “Viva el Progreso” y gritos de “¡Libertad, Libertad!” bajo la atenta mirada de una madre que percibe a su hija como un proyecto personal con el que conseguir la emancipación femenina

“La Virgen Roja” (Paula Ortiz, 2023) recupera la historia de Hildegart Rodríguez, una joven concebida bajo el pretexto de ser convertida en el arquetipo de “mujer del futuro”. Para llevar a cabo este proyecto, Aurora Rodríguez impartió una estricta educación basada en la disciplina inflexible que hizo de su hija un prodigio y una figura de suma relevancia en el panorama intelectual de la España de los años treinta. En cuestión de diecisiete años, Hildegart había conseguido dominar cinco idiomas, obtener la licenciatura en Derecho y confeccionar una serie de ensayos y obras versadas sobre género y sexualidad.

Eugenesia y maternidad

El acceso a los primeros tratados de eugenesia hizo que Aurora decidiera volcar sus conocimientos teóricos en la práctica a través de su hija Hildegart. Para moldear su personalidad en base a estos principios, la relación materno-filial, en un sentido normativo, se ve totalmente alterada por una figura autoritaria que emplea el miedo y la violencia como herramientas con las que conducir la vida de la joven. 

Esta desconexión con el amor, al que la protagonista alude como elemento fundamental en una revolución, hace que Hildegart cuente con carencias emocionales que busca cubrir con Macarena, la empleada de hogar, quien le aporta cariño y placebos con los que desinhibirse del encorsetamiento de Aurora. 

La eugenesia se define en la película como la aplicación biológica de la herencia, es decir, la genética aplicada al perfeccionamiento de la especie humana y la sociedad. Esta modificación se contrapone a la ética del cuidado que tiene en consideración la interdependencia de los individuos como miembros de una sociedad. 

Feminismo y obrerismo

“Las ideas no sirven de nada si no se trasladan a las personas, nosotras tenemos que defender nuestros derechos sin intermediarios. […] ¿Alguien se ha preguntado por qué la mujer española lleva veinte siglos de retraso?”.

Tras comenzar a publicar, Hildegart es convocada a las reuniones del PSOE para tomar partida en el terreno político, lo que no es bien recibido por su madre -una vez más en su afán de control- y ciertos rostros de incredulidad masculina dentro de la institución. Esta escena demuestra cómo el contexto socio-político de 1931 se encontraba preparado para la reivindicación obrera pero no para la feminista. No es de extrañar, por tanto, que Hildegart sea víctima de episodios de violencia y discriminación en los primeros compases del largometraje, en los que vemos pintadas en el rellano de su domicilio que la califican de “bruja” y “puta”.

No obstante, el auténtico momento de emancipación femenina de Hildegart llega en su acto de autoproclamación como dueña de sí misma frente a la posesión materna, en la que identifica evidentes similitudes con las relaciones de poder inherentes al modelo patriarcal.

Simbología

“La Virgen Roja” está repleta de símbolos con los que se va anunciando el desenlace de la historia desde el principio. Para representar la concepción de Aurora sobre su hija, Paula Ortiz utiliza una escultura que poco a poco se va craquelando conforme la joven comienza a emanciparse de esa minoría de edad con la que Kant aludía al uso del propio entendimiento de los individuos.

No es casual que el color rojo esté muy presente a lo  largo de toda la trama: las fresas con chocolate aparecen en varias ocasiones (lo que nos puede remitir a lo erótico), de la misma manera que es el color del vestido que porta la única noche que la vemos dar rienda suelta a sus emociones.

Aurora repite con insistencia una serie de “mantras” con los que hacer entender a su hija que una mujer no necesita más que de sí misma para vivir; el más llamativo de todos es “Marx en la cabeza, Nietzsche en el pecho y Freud en el sexo”, lugares en los que dispara cuando percibe un mínimo de imperfección en su obra. Ella misma reconoce excentricidad en sus actos, pero explica que la destrucción de la escultura no es más que el reflejo de la implicación de la autora con su obra. Absolutamente tétrico y desgarrador.

En la escena final vemos cómo el pueblo madrileño despide a Hildegart en una procesión a golpe de tambor, con plañideras que llevan sus libros bajo el brazo y militantes del Partido Socialista hundidos en un mar de lágrimas. El cuerpo inerte de la joven, aunque cubierto por un vestido blanco, conserva las heridas de las balas, mientras que en sus manos sujeta un lirio rosado como imagen de pureza. Toda esta amalgama de contenido alegórico está coronada por una melodía que recuerda a una saeta, por lo que las similitudes con una procesión andaluza son más que evidentes.

Conclusiones

Más allá de recuperar la biografía de una de las personalidades silenciadas durante el Franquismo al ser comprendida como antagónica al arquetipo de mujer de la dictadura, esta película plantea cuestiones que siguen inherentes al Mundo Actual, tales como el sacrificio de la libertad individual en pos del beneficio colectivo, la desigualdad de género o la complejidad de las relaciones familiares cuando existen figuras autoritarias en una evidente situación de poder. 

“Tus sueños son tan altos que van más allá del cielo”, podemos escuchar en la escena final, y es que el anhelo de libertad de Hildegart rompió el techo de cristal impuesto por su contexto, sirviendo como exponente de los peligros del método eugenésico y demostrando la necesidad de la reflexión para alcanzar la auténtica mayoría de edadque le impulsara a cortar el cordón umbilical. 

Para profundizar sobre la biografía y producción de Hildegart Rodríguez Carballeira:

https://www.cultura.gob.es/cultura/areas/archivos/mc/centros/cida/4-difusion-cooperacion/4-1-guias-de-lectura/escritoras/rodriguez-hildegart.html

Sobre eugenesia: Held, V. (2020). Care ethics and the social contract. Oxford University Press.

Sobre feminismo en la España de los años treinta: 

García Maroto, A. (1999) El movimiento feminista en España en los años 30. Universidad de Granada. 

Ramos, M. (2000). Identidad de género, feminismo y movimientos sociales en España. Historia Contemporánea, 21, pgs. 523-552. https://ojs.ehu.eus/index.php/HC/article/view/15908/13818

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