Hoy el Perú vive un drama, en el año en el que cumple 200 años como república. La nación está plagada de problemas que van desde conflictos sociales hasta una economía en cuidados intensivos, en el cual la solución no es emitir bonos soberanos como paliativo u otros mecanismos de deuda para tener liquidez y subvencionar lo inmediato, sino hacer reformas que esperan los peruanos desde hace muchas décadas. A pesar de haber tenido todas las condiciones, los gobiernos de turno no lo hicieron por un tema de conveniencia política.
Por Aldo Lorenzzi de Demokraci@
El escenario político de Perú en 2021
El escenario político a pocos días de las elecciones generales 2021 en Perú está totalmente polarizado, dividido en diferentes grupos, entre progresistas, conservadores y de la izquierda, estos últimos representados en diferentes movimientos y partidos que participarán el 11 de abril en estas elecciones.
Esta representación mencionada se traduce en 18 planchas presidenciales y cerca de 20 listas con postulantes al congreso, de 130 candidatos cada una, incluidos los aspirantes al parlamento andino, que buscan representar a cerca de 34 millones de peruanos en dos poderes del Estado por un periodo de cinco años. Todo esto se da en medio de una crisis institucional y sanitaria sin precedentes en nuestra historia republicana.
Los peruanos han mostrado poco interés en estas elecciones determinantes para el rumbo del país. Actualmente el gobierno de transición, que tiene como jefe de gobierno a Francisco Sagasti, no ha podido contener los conflictos sociales, el huracán de la pandemia COVID -19 y la crisis económica a la que nos enfrentamos. A ello se suman los actos de corrupción como el “vacunagate”, que ha puesto en la palestra los negociados que se hicieron con algunas dosis de la vacuna china Sinopharm, cuyo estudio aún ni tiene publicado los resultados de su efectividad.
La campaña electoral
La campaña ha sido accidentada, muy atípica. Los candidatos han sabido caminar por el país; muchos de ellos han tenido que pasar cuarentenas debido a que se contagiaron de coronavirus. Al terminar sus aislamientos, siguieron con sus campañas, y han tenido la oportunidad de que los medios de comunicación les den exposición, aunque solo ha servido para que muchos de estos candidatos ataquen a sus competidores al mostrarles sus “trapitos sucios”, acciones típicas ya de las campañas políticas peruanas. Así, los candidatos no han logrado una profundidad en su mensaje para calar en los electores y motivarlos a tomar una buena decisión.
Las encuestas que se realizaron cada semana reflejaron el poco interés que tienen los peruanos en estos comicios. Hay un margen importante de ciudadanos que aún no definen su voto, y está claro que los candidatos quieren seguir peleando hasta el último día la posibilidad de pasar a una probable segunda vuelta, con la cual se definiría el proceso electoral.
El sistema político peruano
Estamos ante la posibilidad de que el nuevo congreso sea muy fraccionado. Esto será quizá uno de los escenarios con mayor incertidumbre, porque si es el nuevo presidente del Perú no tiene un diálogo continuo con las diferentes fuerzas políticas que estarán en el Poder Legislativo, la legitimidad que tanto adolece el Ejecutivo en los últimos tiempos se verá amenazada, en cada momento de este quinquenio, con intentos de vacancias por “incapacidad moral”.
Con esto no pretendemos decir que nuestro sistema presidencialista sea malo, sino que está en crisis desde hace muchos años, debido a la falta de partidos políticos que desarrollen una agenda programática, pues ahora improvisan con candidatos para que tengan llegada a la población, que sean carismáticos, no importa que carezcan de habilidades políticas; el solo fin es llegar al poder. Teniendo en cuenta las actuales crisis que padecemos, los partidos no van a lograr satisfacer a los electores, pues muchos han perdido su empleo, ahorros o han padecido por la muerte de algún familiar en estos casi 13 meses de estado de emergencia. La encerrona, como se le conoce a la situación de cuarentena, no da señales de que vaya a tener un final feliz: la vacunación de toda la población.
¿Qué se espera del nuevo gobierno de Perú?
Pero ¿qué le espera al nuevo gobierno? Normalmente lo que se espera es que el nuevo régimen democrático pueda sentar sus bases en los primeros 100 días. Sin embargo, ante la grave coyuntura que nos toca atravesar, en la que se encuentra la institucionalidad de la presidencia, es muy probable que al nuevo gobierno se le exija medidas de emergencia como la compra de vacunas, la reactivación de la economía, a través del levantamiento total de la cuarentena, e la implementación de los servicios médicos con camas UCI y con oxígeno, todas esas medidas y acciones que el gobierno de transición no ha podido cumplir.
Pero ¿esto será lo más importante para que la población esté tranquila? Considero que lo vital es legitimar el nuevo gobierno, y esto se dará construyendo su principio de autoridad, algo que no tenemos hoy en día. Es la única forma en que el nuevo régimen pueda trabajar con estabilidad política y social.
Bibliografía
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