Parece sorprendente que el partido que más posibilidades tiene para formar Gobierno sea el que más difícil lo tiene para triunfar con su decisión. Ya lo dijo Pablo Iglesias: “Que sea Pedro Sánchez presidente es una sonrisa del destino que me tiene que agradecer”. Pero, ¿Es realmente una sonrisa tener que agradecérselo o un problema?
Aún no sabemos qué decidirá el Partido Socialista Obrero Español, pero sí tenemos clara la posición que tienen los partidos a negociar (Podemos y Ciudadanos). Estos se niegan a formar gobierno entre sí, pues Podemos identifica al partido de Rivera como la derecha y Ciudadanos rechaza todo pacto con el partido de Iglesias, a causa del tema catalán y la consecuente “ruptura de la unidad de España”.
Por tanto, a pesar de su gran interés en negociar con ambos, Pedro Sánchez se ve obligado a pactar gobierno solo con uno, faltándole con el apoyo de Podemos 17 escaños para la mayoría absoluta, y con el de Ciudadanos 46. Lo obvio sería negociar la investidura con Podemos, por proximidad ideológica o por números, ya que se necesitan menos escaños para la mayoría absoluta, contando con el partido de Alberto Garzón y además que dicho acuerdo puede presentar una mayor probabilidad de pacto con los partidos nacionalistas, debida a las propuestas más flexibles del partido de Iglesias.
Sin embargo, Pedro Sánchez, como buen político, ha cambiado el tono después de la campaña a la hora de hablar de Ciudadanos (ya no dice que Albert Rivera es de derechas), e incluso está dispuesto a negociar con ellos. Aunque suene hipócrita, es más que común este tipo de cambios de actitud a la hora de formar Gobierno tras la campaña electoral, pues se pasa de competir con el rival a negociar y pactar con él, siendo un contexto complicado el actual.
Entonces, el PSOE tendría más fácil pactar con Podemos, pero tiene posibilidad de hacerlo antes con Ciudadanos. ¿Por qué? Es ahora cuando se va a ver si el Partido “Socialista” “Obrero” Español podrá satisfacer o no a sus votantes. La mayor parte de sus votantes son de centro-izquierda y le votan por tradición, pero ¿Y si se pacta con la derecha? El PSOE podría gobernar consiguiendo la abstención del PP, pero probablemente perdería muchos votantes por formar Gobierno con la derecha, o con lo que al menos el mismo Pedro Sánchez antes llamaba derecha.
¿Por qué no pactar con Podemos? Por la sencilla razón de que Susana Díaz no acepta un referéndum en Cataluña, y porque los barones del PSOE recomiendan decir NO al partido del cambio, e incluso apoyan un Gobierno del PP.
Es por esto por lo que decimos que el destino no sonríe al PSOE, porque un pacto con Podemos lo divide internamente y un pacto con Ciudadanos le hace perder votantes.
No todo es tan bonito para Pedro Sánchez.