¿Recordáis cuando hace tiempo descubrimos cómo era la propaganda del Partido Comunista japonés para las elecciones generales de 2014? Y ¿cómo nos demostró que para llegar a todo tipo de público era necesaria una adaptación a las nuevas formas de comunicación, mediante la utilización de unas “mascotas” para realizar sus campañas? Desde luego que llevaron a la práctica aquel dicho de “renovarse o morir”, y en este caso bien que les ha ido.
Actualmente en pleno 2016 y pese a una baja participación de los japoneses en las elecciones, cuentan con representación en la Cámara Baja, y las encuestas muestran cómo crece su popularidad entre la población nipona, debido al descontento generalizado por la gestión del Gobierno actual de Shinzo Abe.
Gracias a esta campaña con numerosos videos animados, cada uno más desconcertante que el anterior, entendimos un poco más la nueva forma de hacer comunicación en Japón. ¡No solo los anuncios publicitarios son extraños, también las campañas políticas! algo totalmente inesperado, incluso para unos frikis de la Ciencia Política como nosotros.
Pero la estrategia del PCJ no ha sido la única que nos ha llamado la atención en cuanto a forma de comunicar se refiere. Hablamos de los Uyoku Dantai.
Si nos vamos hacia el otro extremo ideológico, encontramos a los Uyoku Dantai, grupos de extrema derecha cuya máxima es el nacionalismo japonés.
Poseen una forma de comunicar muy característica y estrafalaria. Estos grupos son conocidos por sus estrategias de propaganda, que consisten en llegar a espacios públicos montados en camionetas o furgonetas, normalmente de color negro y con los cristales tintados, equipadas con numerosos altavoces y decoradas con carteles y posters donde se pueden leer las diferentes consignas que promulgan. Pero lo más llamativo es sin duda la utilización de la bandera japonesa empleada a principios del S.XX como símbolo fundamental del nacionalismo nipón; al mismo tiempo que por los altavoces, podemos oír con gran potencia discursos y música nacionalista. Además otras de sus características es que siguen las máximas del confucionismo sobre el honor, la lealtad a la nación por encima de todo y la adoración que sienten hacia la figura del Emperador. Suelen ir uniformados con ropas oscuras o en traje y además tienen partes del cuerpo tatuadas; algo que a diferencia de occidente, en Japón, el hecho de tener tatuajes se encuentra muy estigmatizado, ya que se suele relacionar con la yakuza japonesa. Desde luego la estética es cuanto menos anacrónica y pintoresca, además de parecer que han sido sacados de un manga de los 80.
Pero como todo movimiento, éste también tiene unos antecedentes y unos orígenes. El nacionalismo japonés se origina con la Restauración Meiji, en la segunda mitad del S.XIX, donde se produjo un rechazo por una parte de la población a la integración con Occidente, ya que entendían a este gigante como una amenaza hacia su cultura y tradiciones. Recordemos que la sociedad japonesa de aquella época era prácticamente feudal. También ese nacionalismo se llevó a la práctica con la ocupación de Corea y de China durante la época imperialista de Japón. Podemos decir que el sentimiento que guía a estos grupos es la nostalgia de épocas pasadas.
Algunos de los principios que rigen este movimiento son los siguientes:
- El ensalzamiento de la historia japonesa, haciendo hincapié en los momentos históricos más importantes del imperio japonés, aunque en algunos casos tengan que reescribir la historia, como la negación (pese a la evidencia de pruebas que demuestran lo contrario) del genocidio llevado a cabo en Corea y China.
- El rechazo absoluto del comunismo.
- El rechazo a extranjeros, sobre todo de nacionalidades china, coreana y rusa.
- Rechazo a las bases militares que tiene Estados Unidos, como la que se encuentra en la Isla de Okinawa y que divide a la isla en dos, produciéndose un descontento en la población isleña que denuncia los continuos desplantes de los militares americanos, así como delitos menores.
- Pero sobretodo un objetivo claro es conseguir la Reforma de la Constitución para poder volver a tener un ejército.
Pese a guiarse por estos principios, afirman que no son racistas y que no poseen conexiones con la yakuza, aunque ya se haya demostrado que numerosos grupos se encuentran financiados por la mafia, envuelta también en varios delitos de odio que se han ido sucediendo meses atrás.
Existe un descontento generalizado por parte de la población con respecto a cómo se está llevando a cabo la política exterior, donde Japón se ve subyugado ante la potencia de los Estados Unidos, consecuencia aun de la derrota tras la IIGM, motivo por el cual Japón no posee un ejército sino unas Fuerzas de Autodefensa que actúa en caso de emergencia como catástrofes naturales. Y también por la disputa que tiene con Rusia para recuperar una serie de territorios al norte del país.
Por tanto, podemos afirmar que el surgimiento de estos movimientos así como su crecimiento y expansión son el resultado de un cabreo generalizado de la población japonesa debido a una debilidad política absoluta, una crisis demográfica, la percepción que tiene la ciudadanía de una falta de respeto hacia ellos por parte de los países vecinos, la ausencia de un ejército, o la falta de interés en cuanto a temas políticos se refiere entre los japoneses. Lo demuestran los bajos índices de participación en las elecciones o la escasa movilización de la población.
En definitiva, este movimiento o mejor dicho “movimiento”, porque son una minoría en comparación con la población total de Japón, es la respuesta a estos hechos. Gente que afirma que la raza suprema es la japonesa y el malestar que les produce que la figura del Emperador haya quedado en un segundo o tercer plano. Aunque la mayoría de la ciudadanía ignore las movilizaciones de los Uyoku Dantai, actualmente se puede apreciar que el Gobierno (conservador) está recogiendo algunas de estas ideas. Hace poco vimos cómo se daban de tortas en el Parlamento japonés por la aprobación de la nueva Ley de Seguridad Ciudadana que permitiría que las Fuerzas de Autodefensa apoyasen en conflictos bélicos a su principal aliado, EEUU, además de la polémica reforma educativa, que apuesta por una educación industrial, pretendiendo eliminar carreras de Ciencias Sociales o la implantación de la enseñanza del orgullo nacional en las escuelas.
No obstante, el hecho de que tenga conexiones con los partidos más conservadores del panorama político o contactos con la yakuza, hace de ellos un movimiento al que no podemos menospreciar, por muy frikis que nos parezcan, ya que el contexto político se encuentra en constante cambio y es en época de crisis donde estos grupos cobran mayor fuerza.
Mientras tanto, nosotros seguiremos con nuestro foco puesto en el país del sol naciente.
BIBLIOGRAFÍA:
http://www.vice.com/video/the-yakuzas-ties-to-the-japanese-right-wing-000
http://www.economist.com/node/9205495
New documentary gives rare inside look at Japanese nationalists