¿Qué es el Fascismo? Guía rápida para tiempos de Twitter

Hoy día nos encontramos enmarcados en la conocida como sociedad de la información, una sociedad que nos permite a golpe de «clic» el acceso rápido y sencillo a multitud de noticias, artículos y estudios.

Es más, se podría afirmar sin miedo a equivocarnos que nos ha tocado vivir una época donde el acceso gratuito y simple a la información ha permitido la democratización de la misma, pues no debemos olvidar que este acceso hasta no hace demasiado tiempo estaba reservado solamente para las élites intelectuales, clericales y estudiantes, pero, muy alejado de la gente común.

Pero en ocasiones hay riesgos, el acceso a la información provoca que el sujeto ostente una extraña sensación de «seguridad intelectual», confundiendo el ser un mero lector, con ser un experto de reconocido prestigio. De ahí que en nuestros días se haya creado un fenómeno sin precedentes en la historia contemporánea, y es que la mayor Universidad del mundo, Twitter, promociona más graduados que cualquier otra Universidad.

Estos dos factores, a saber, el acceso a la información y la sensación de «seguridad intelectual» nos permite el uso temerario de terminología para referirnos a determinados conceptos. Así, en estas semanas hemos podido escuchar un debate de altísima rigurosidad en referencia a VOX y el término fascista, usado a modo de comodín para el descrédito.

Pero, ¿qué es el fascismo?, ¿es realmente VOX un partido fascista?

Con mi máximo respeto a los Historiadores, intentaré analizar a partir de la Historia y Filosofía Política cuál ha sido el recorrido del fascismo y cuál es la forma en la que se manifiesta en nuestros días. Para ello trataré de estudiar los orígenes y características del movimiento fascista y, lo pondré en relación con la extrema derecha actual, con un fin divulgativo.

Orígenes del fascismo

Dos son las preguntas que debemos responder al inicio de este análisis, ¿en qué circunstancias se da el fascismo?, ¿cuáles son las vías para llegar al poder?

Comenzando con la primera pregunta, Roger Griffin, catedrático de Historia Moderna de la Universidad Oxford Brookes define el fascismo a través de un status quo, es decir, explica que el fascismo se desarrolla en unas circunstancias concretas, a saber, la existencia de una crisis que ha conducido a la comunidad a la decadencia y la necesidad del renacimiento de esta.

Ante estas circunstancias el fascismo se caracteriza por utilizar un conjunto de medios estratégicos con los que llegar a convencer y vencer, presentándose como una alternativa revolucionaria, ecléctica y nacionalista, un segundo que explico esto último.

Teoría y praxis del Fascismo

El fascismo se presenta a nivel teórico como la llamada Tercera Posición, es decir, algo que no es «ni de izquierdas ni de derechas», está en contra de las élites tradicionales y va más allá del espectro político abogando por un socialismo no marxista que ensalza la identidad nacional.

Esto último merece una breve reseña, pues es notable la comparación entre el fascismo y el socialismo de estado y bien, ambos son formas de socialismo, pero el primero es un socialismo no marxista, es decir, no tiene como fin la incorporación de una dictadura del proletariado.

Por otro lado, a nivel práctico, la militarización de la política haciendo uso de terminología, el llamamiento a una juventud reivindicadora y revolucionaria, así como la exaltación a un líder, son las notas que caracterizan al fascismo en vías de acción directa.

Con estas bases el fascismo fue triunfando en países como Italia y Alemania, donde se impusieron regímenes políticos de partido único y ordenamiento estatal. Pero, no es posible hablar de fascismo en singular, sino que es necesario hablar de fascismos en plural, añadiendo por ende a otros movimientos surgidos en España, Japón y demás países que experimentaron el desarrollo de esta ideología.

Por eso, Stanley G. Payne, rechaza cualquier definición que invite a establecer unas características comunes entre los diferentes movimientos fascistas y, en el caso de hacerse, debe de realizarse con cautela.

Entonces, ¿cuál es el origen de la extrema derecha actual?

La extrema derecha actual tiene su origen intelectual en Francia, en la conocida como la nueva Derecha, concretamente de la mano de la GRECE (Groupement de recherche et d’études pour la civilisation européenne) y de intelectuales como Alain de Benoist, G. Faye o D. Venner, los cuales ostentan una visión histórica antimateralista y una exaltación romántica del nacionalismo.

De esta forma el fascismo fue revisado a manos de esta Nueva Derecha y reconvertido en dos premisas, que darían lugar a la sociedad ideal.

En primer lugar, la teoría de la primacía de la hegemonía cultural sobre la política, cuyo origen data de Antonio Gramsci y, en segundo lugar, la creación de un discurso metapolítico, es decir, contra las élites del poder. A través de estas dos premisas, crean las bases ideológicas fundamentales para la instauración de la sociedad ideal consistente en la sustitución de una decadente democracia liberal, plural y multicultural, por una alianza entre comunidades homogéneas.

Benoist, uno de los ideólogos de esta Nueva Derecha describe la actualidad de un mundo occidental que ha sustituido su raíz judeocristiana y que se encuentra adoctrinado por la hegemonía de los Derechos Humanos, la cual supone el común denominador del pensamiento igualitario y que aliena a las masas de población occidentales, consumistas e infantilizadas por el Estado.

¿Es fascista la extrema derecha actual?

Y ahora vamos a ahondar en la cuestión que nos ha traído hasta aquí. Nos encontramos con una dicotomía, debido a que estudiar la extrema derecha separada totalmente del fascismo sería un error, al igual que hacerlo de forma conjunta, por ello vamos a intentar realizar una radiografía con sumo cuidado.

La extrema derecha actual es un compendio de pensamiento político. Por un lado, asume la construcción intelectual de la Nueva Derecha y por otro supone una actualización del pensamiento fascista adaptado a los problemas actuales, pero es que también retoma caracteres del fascismo clásico.

Pensemos pues, en la actualidad los partidos de extrema derecha europea:

  • Tienen liderazgos fuertes y carismáticos. Ejemplos en Europa como Santiago Abascal, Marine Le Pen, Salvini, Orbán, Kaczynski y partidos como rente Nacional francés, el Partido de la Libertad austriaco, el Vlaams Belang flamenco o VOX.
  • Realizan una continua referencia a lo tradicional como cultura política. De aquí adquieren un discurso en el cual, el desarrollo de las políticas de los partidos que gobiernan suponen un continuo silenciamiento de las tradiciones culturales del país y una adopción de las costumbres de otros, incluidas las minorías.
  • Establecen claramente una exaltación de las raíces judeocristianas occidentales. Normalmente en todos los países la extrema derecha apela a la gloria alcanzada en épocas históricas en las cuáles sí existía esta raíz y la compara con la decadencia actual de las sociedades occidentales.
  • Rechazan el igualitarismo y el multiculturalismo, por ende, la inmigración, el feminismo y movimientos similares. En este caso asumen las enseñanzas de la Nueva Derecha, realizando un rechazo a las mismas y haciéndoles responsables del mal de occidente.
  • Además, tienen un fuerte carácter nacionalista, la nación como común denominador cultural a todo individuo. Por ejemplo, en España queda evidenciado a partir de la Fundación para la Defensa de la Nación Española (DENAES), fundada por Santiago Abascal en 2006 y cuyo lema es «Razón y corazón», además del por el uso reiterado de los símbolos nacionales comunes.
  • Realizar una confusión entre los problemas sociales y los problemas nacionales. En ningún país occidental expresan un plan o programa «claro» para diferentes colectivos, sino que aúna todos bajo una misma transversalidad de problemas nacionales que los intelectuales no pueden resolver. De ahí que convenza a obreros, campesinos, estudiantes, empresarios y conservadores.

No obstante, sí que existen diferencias entre, la extrema derecha actual y el fascismo clásico. Esa diferencia es que la extrema derecha asume una corriente intelectual, la Nueva Derecha; por lo que comparar hoy día los líderes clásicos con los actuales es un error. Pero, a la misma vez, ha recuperado ciertos rasgos del fascismo clásico. Por lo que la suma de estos una nueva corriente intelectual y rasgos del fascismo clásico ha hecho que la extrema derecha actual desemboque en el conocido como neofascismo.

Es por ello por lo que es temerario denominar fascista abiertamente a la extrema derecha actual, pero al mismo tiempo es incorrecto no hacerlo. La extrema derecha actual bebe de diversas fuentes, como el conservadurismo, nacionalcatolicismo y el neofascismo, suponiendo una corriente filosófica novedosa.

En definitiva, el discurso de extrema derecha en nuestros días es difícil de catalogar con una única etiqueta, por lo que considerarlo únicamente fascista sería caer en un error, siendo entonces un compendio entre los que se encuentra el neofascismo. La extrema derecha «bebe» de diversas fuentes y más cuando se hace referencia al desarrollo de esta ideología en diferentes países, puesto que cada sociedad tiene sus particularismos.  

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