Cómo hablar en público como Leonard Cohen

Cómo hablar en público como Leonard Cohen

Por Manu Rodríguez e Ismael Sánchez Cañavate.

Leonard Cohen nos ha dejado. El músico y escritor canadiense se ha marchado dejando atrás un gran legado. Es raro que le dediquemos un post en Camara Cívica, dado que no es un cantautor centrado en letras políticas (aunque podríamos reflexionar sobre canciones como Democracy o The Partisan). Vamos a centrarnos en otro aspecto que nos interesa: la oratoria. Cuando damos nuestros cursos de técnicas para hablar en público y comunicación solemos estudiar vídeos de oradores. Pues bien, hoy vamos a analizar el discurso de Leonard Cohen recogiendo el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Gran parte de lo que se puede aprender de hablar en público está en este discurso.

Inicio sorprendente: captar la atención del público desde el comienzo es fundamental.

La voz: Muchos recursos con los que cuenta la oratoria pueden ser trabajados, pero otros son innatos. El caso de Cohen es reflejo de este último caso. Su voz es sin duda una valor añadido al discurso.

-Ritmo y pausas: la música es la ordenación de los sonidos en el tiempo, esto es importante también cuando nuestro instrumento es la voz. Cohen no es un orador acelerado sino que desarrolla su mensaje de forma pausada, a un ritmo tranquilo. Igualmente, domina el uso de las pausas para crear interés y generar tensión, lo que mantiene al público alerta.

– Comunicación no verbal: hay mucha, pero acorde con su edad. Solo hay que recordar la entrega del BAFTA a Christopher Lee, en el que sin decir nada, el público ovaciona al premiado en uno de los momentos más emotivos. La mirada, los gestos… Ahí es donde está la magia de la comunicación no verbal de Cohen. No podríamos esperar de una persona de tan avanzada edad gestos enérgicos (paseo por el escenario, amplio movimiento de las manos…). De ahí la importancia del siguiente punto.

-Contacto visual: el poeta de Montreal pasea la mirada por el público mientras desarrolla sus ideas. De esta forma acompaña al mensaje y genera conexión con el espectador.

-Un discurso cargado de historias: lo que hace interesante en gran medida a este discurso es que está compuesto de anécdotas y vivencias personales (storytelling). Comer el chocolate del minibar, la historia de su guitarra… A ello el autor de Hallelujah añade unas preciosas líneas acerca del proceso de creación artística. Era de esperar que un poeta galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras tenga como punto fuerte la escritura -en este caso, de un discurso- pero ojo, el mensaje no funciona igual cuando hablamos en público que cuando leemos.

Dentro del discurso hay técnicas clásicas que no suelen fallar:

  1. Contexto: adaptar el mensaje al medio es fundamental. Cohen comienza hablando del público y a su relación con España.
  2. Contraste: generar una idea y la contraria aumenta el impacto del mensaje. La historia del guitarrista español termina de forma trágica pero Cohen la transforma en la semilla de su propio arte y, ulteriormente, motivo de agradecimiento para el país que le entrega el premio.
  3. Humor: la imagen del artista sin su orquesta o del premiado comiendo cacahuetes sirven para ganar el interés y simpatía del público.

Por último, cabe añadir que hablar sin leer el discurso siempre es mejor, pero para conseguirlo hay que haberlo trabajado mucho. En el caso que nos ocupa, Cohen no está improvisando -por más que diga que no va a seguir su guión- sino que trae el discurso muy estudiado de casa. Si os asusta hablar sin papel, siempre decimos lo mismo: que no os dé vergüenza ensayar. Todos cometemos errores, así que mejor cometerlos en la preparación que el día del estreno.

Recordemos a Leonard Cohen como él querría: escuchando su voz.

https://youtu.be/IEVow6kr5nI

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