El barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas apunta a una recuperación del PSOE, que sigue en mínimos históricos, junto al estancamiento del resto de partidos.
Los barómetros realizados por este organismo con periodicidad mensual suelen tener un universo de 2.500 entrevistados de toda España. Una de las cuestiones metodológicas más interesantes sobre cómo se realizan las encuestas del CIS es que estas entrevistas tienen lugar de forma personal en el hogar, al contrario del modelo de llamada telefónica más usado por las empresas demoscópicas privadas (con un menor universo). Se plantea un error muestral de ±2%.
Analizando las tendencias de voto, el Partido Popular se mantiene como claro líder con el 33% de estimación, aunque baja un punto y medio respecto a la encuesta de octubre de 2016 que se hacía justo en pleno proceso inaugural del gobierno. Parece que el impulso estabilizador de octubre se ve debilitado por las primeras polémicas gubernamentales de estos meses.
Los populares repetirían, por tanto, el resultado porcentual del 26J que, conociendo el estado de fragmentación de la oposición, podría transcribirse en un mayor número de diputados actualmente. Respecto al resultado de las elecciones de 2011 (44,63%) el Partido Popular perdería un 11%, prácticamente coincidente con el apoyo al, recientemente inaugurado, proyecto liberal de Ciudadanos. De esta forma, el espacio político liberal, tanto desde el espectro conservador al más progresista, sumaría (33+12,4) un 45,4%.
Resulta curioso este dato extraído del sumatorio de la intención de voto de las propuestas liberales en España pues supondría que, a pesar de la dureza de las políticas de respuesta a la crisis, el liberalismo sale incluso reforzado y estaría cercano a sumar el apoyo de la mitad de electores españoles.
[bctt tweet=”Según el CIS, el espacio político liberal sale reforzado en España.” username=”camaracivica”]
En la oposición se consolida el cambio de liderazgo. Unidos Podemos lideraría la oposición (y la alternativa de gobierno), pero lo harían con un exiguo 21,7% –dato que incluye a IU y a las diferentes confluencias–.
Esta estimación se sitúa prácticamente igualada la de enero de 2016 (21,9%), con la diferencia de que entonces no se contabilizaba a IU que tenía un 3,7%. Desde octubre la formación de Pablo Iglesias confirma un techo electoral en el entorno del 21% que les permite mantenerse en segunda posición, exclusivamente por el hundimiento socialista.
Uno de los grandes titulares, sin duda, ha sido el inicio de la recuperación del PSOE que sube 1,6% respecto a los datos de octubre de 2016, cuando se habían producido tanto los traumáticos comités federales como la abstención al gobierno de Rajoy. Algunos achacan a la política parlamentaria de los socialistas con hitos como el freno de las reválidas o la subida del SMI (“la oposición útil”) esta recuperación. Los socialistas también se apuntan el tanto de que el presidente de la Gestora, el asturiano Javier Fernández, lidera la valoración de líderes de los principales partidos con un 4,12. Es el único líder preguntado sin presencia en el Congreso, lo que puede aumentar la valoración por desconocimiento y no rechazo explícito.
Todos los líderes de los partidos suspenden y hay cambios en la última posición. El rechazo creciente que genera en los electores contrarios Pablo Iglesias le relega a la última posición con un bajo 2,87. De momento la batalla en Podemos no daña el apoyo electoral, pero sí parece menoscabar la imagen de Pablo Iglesias. Mariano Rajoy, tradicionalmente ocupante de esta posición, asciende por encima del Secretario General de Podemos con un 3.10 (subiendo en valoración respecto a octubre). El CIS decide también preguntar por Alberto Garzón y le sitúa en segunda posición con poco más de un 4. Eso sí, el líder parlamentario mejor valorado sigue siendo el valenciano Joan Baldoví, integrante del Grupo Mixto por Compromís, que alcanza un 4,22.
La crisis energética condena a Álvaro Nadal a la penúltima posición en valoración de los miembros del ejecutivo (2.44) muy cerca del Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que cierra la lista, con una de las imágenes más conocida y, a la vez, más ligada a decisiones negativas. Sorprende, también, la baja valoración de Dolors Montserrat (2,67), Ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, un perfil novedoso que pronto se vio envuelto en la polémica del copago farmacéutico.
Los problemas económicos en el centro del debate público
Los españoles siguen percibiendo el paro como el principal problema de la agenda pública del país. El 51% de los entrevistados lo sitúa en primera posición, frente al 13% que apuesta por la corrupción y el fraude. Hay que tener en cuenta, además, que un 8% apuesta por los temas de índole económica como problema principal del país. Es decir, en modelo de respuesta espontánea con opción múltiple el 59% apuesta por una problemática directamente relacionada con la economía.
Los partidos deben, de acuerdo a estos resultados, establecer una agenda propositiva centrada en los temas económicos, aunque hace un año la suma de paro y asuntos de índole económica como primera opción suponía un 10% más.
Un 54,7% de los españoles considera que la situación económica será igual dentro de un año, mientras que un 21,6% considera que incluso irá a peor (hace un año esa cifra era tan solo del 11%), de forma que más del 75% de los españoles desconfía de que la acción gubernamental tenga resultados positivos en el futuro año.
La desafección política parece disminuir si como indicador de la misma ponderamos la valoración de la situación política. El 66,8% piensa que la situación política general es mala o muy mala. Para noviembre de 2016 el 88,1% de los españoles consideraba la situación política como mala o muy mala frente al exiguo 9,6% que la consideraba regular, cifra que ahora sube hasta el 25,7%.
Un 18,7% de los españoles se identifican con la ideología socialista (11, 4% frente al 12,8% de hace un año) y socialdemócrata (7,3% frente al 6,8% de enero 2016), generando más apoyo el primer término que el segundo –todavía poco arraigado en el pensamiento electoral español–. Importante también es el número de españoles que se consideran conservadores (14,1, más que hace un año), opción ideológica que lidera la pregunta de forma aislada. La Democracia cristiana (4,8%) y el comunismo (1,6%) aparecen como ideologías residuales.