Este mes asistimos a algo histórico: la ratificación por los estados miembro de la Unión Europea de la Decisión de Recursos Propios que amplía sus capacidades financieras
Si algo se ha criticado una y mil veces de la Unión Europea son sus procesos largos, de numerosos pasos, fases y necesidades de debate y ratificación técnica. Y es normal: es un experimento político único en la historia y se define, aún más de medio siglo más tarde, a la vez que se va construyendo.
Por ello creo que no somos conscientes de lo que ha pasado en la UE en el último año.
La semana pasada terminó de aprobarse, tras hacerse uno por uno, por todos los parlamentos (o gobiernos, en 7 casos) de cada uno de los 27 estados miembro el Mecanismo de Recursos Propios de la Unión Europea.
¿Qué es esto?
Cuando se acordaron los nuevos fondos NG-EU, los famosos megafondos destinados a renovar la UE post-covid (750.000 millones), los gobiernos no querían tener poner más dinero para ello. Muchos no podían permitírselo, de hecho. Pero dejar a cada país buscarse la vida cada uno no funciona, como ya vimos en la última crisis, ya que muchos deben cargar una enorme deuda pública para reanimar sus economías.
¿Qué hacer entonces? Endeudarnos todos juntos. Unos 800.000 millones de aquí a 2026 para pagar el despegue de una UE post-covid más sostenible, digital y potente en el mundo.
Pero la competencia de endeudarse como tal es muy limitada para Bruselas. Tenía que pedir permiso a los distintos países que componen la Unión. Esto implica que, sea quien sea el receptor de la soberanía de cada nación, debería ser consultado. Con que uno sólo se hubiera negado, se habría ido bloqueado la propuesta.
De hecho, un recurso de la ultraderecha alemana ante su tribunal constitucional casi da al traste con todo. Pero Berlín se impuso a Karlsruhe y todo tiró para adelante.
En España, el mecanismo ha sido aprobado casi por unanimidad de todos los grupos políticos (la pela es la pela, y nadie parece tan suicida como para frenar el que llegue dinero a los bolsillos españoles) en las Cortes Generales y no nos hemos ni parado a debatir o reflexionar el momento “hamiltoniano”, ese punto de inflexión cuasifederal, que implica compartir deudas comunes.
Esto puede implicar que el dinero de la UE comience a llegar a mediados de JULIO.
Además, tener que pagar deudas entre todos ha implicado darle poder a la Comisión para plantear nuevos recursos que cubran dichas deudas. Ahora mismo se financia todo con aportaciones de los países, ingresos de aduanas, parte del IVA y, desde enero de este año, un impuesto a los plásticos de un solo uso. ¿Os parece poco?
Pues las instituciones en Bruselas tienen más ideas. Algunas, muy ambiciosas, de hecho. Por ejemplo:
- Replantear el viejo CCCTB (common consolidated corporate tax base), ahora propuesto como BEFIT (“Business in Europe: Framework for Income Taxation”, aunque parezca un nombre de gimnasio). Una serie de normas de gravamen e impuestos para las empresas más grandes que operen en varios países de la Unión y se beneficien de su mercado único. Esto también se plantea para evitar la evasión fiscal que aprovechan algunas al deslocalizar los beneficios.
- Una reforma del mercado de emisiones de CO2 en frontera: que las cosas que se importen de fuera de la UE vengan cargadas con un impuesto en relación a la contaminación que llevan aparejada.
- Una FTT (financial transactions tax) que gravaría las transacciones financieras dentro de la UE. Una especie de Tasa Tobin asociada al presupuesto europeo, que ya se ha testeado en Italia y Francia. Aunque esta es la más polémica: hasta 2024 tiene la Comisión para ir planteando el tema.
Todo esto era impensable en la crisis de 2011. Unos Estados Unidos cada vez más alejados de nosotros y una China muy fuerte presionando todas las economías occidentales no han dejado otra opción: más fuertes juntos, más potencia presupuestaria, más papel público en la economía y más coordinación entre los países de la Unión.
Ah, y esta iniciativa tan tocha vino de España. Por si luego reparten medallas.
Fuentes:
Ficha temática del Parlamento Europeo acerca de los recursos propios de la UE
Conclusiones del Consejo de la UE del 21 de julio de 2020. Concretamente, punto A29.