La orientación sexual vuelve a estar en tela de juicio. En tanto que la ultraderecha vuelve a estar en las instituciones, vuelve un debate que teníamos más que superado. Al mismo tiempo, desde Cámara Cívica queremos mostrar, un año más, nuestro apoyo y respeto a todo el movimiento LGTBIQ+.
Lo hubiéramos hecho aunque la ultraderecha no estuviera en las instituciones, pero, dadas las circunstancias, lo hacemos con más orgullo (si cabe). Sencillamente, hubiéramos preferido no tener tantas razones.
La orientación sexual no es una ideología; censurarla, sí
Como todo en esta vida, el movimiento LGTBIQ+ y sus manifestaciones también son política. Así lo explicaba el portavoz de COGAM en una entrevista a RTVE. Hablar de la cabalgata del orgullo como de una fiesta es no saber hablar del día del orgullo. Y es que, verán, el 28 de junio se conmemora la redada y posterior reivindicación de Stonewall, un bar de ambiente en Nueva York que fue acosado por la Policía hasta que las personas allí presentes se rebelaron. Efectivamente, es política. Siempre lo ha sido, siempre lo será.
Desde entonces hemos visto mensajes más o menos desafortunados al respecto. Véase: Ciudadanos es vetado en la manifestación; una periodista de cuyo nombre no queremos acordarnos observaba que “los críos” no estaban libres de ideología ni siquiera en el Burger King (el problema es que, a esta señora, la dichosa “coronita” ornamentada no con rubíes sino con la bandera del orgullo le preocupaba más que la ingesta hipercalórica). “Familia tradicional”, “valores clásicos”, “ideología gay”… El etcétera de sandeces y declaraciones coléricas es largo y primitivo.
La orientación sexual no tiene ideología. Es falso que una persona, por ser del colectivo LGTBIQ+, tenga que ser de izquierdas. De hecho, el capital hoy en día forma parte del orgullo. Sin ir más lejos, la coronita del Burger King antes citada podría ser un buen ejemplo. Lo que sí es una ideología es la censura, la fábrica de armarios o el concepto de natural y anti-natura.
El libre desarrollo del individuo
En Cámara Cívica, creemos que la política debe buscar la felicidad de la sociedad. Para ello, el libre desarrollo del individuo es absolutamente determinante. Impedir, pues, que una persona sea ella misma, con su sexualidad o su sistema de creencias, nos resulta más propio de una distopía que de la sociedad en la que queremos vivir y por la que trabajamos.
Así, renovamos nuestro compromiso de luchar junto al colectivo LGTBIQ+ por sus reivindicaciones, sea en nuestro entorno o allende los mares. Así, seguiremos recordando en nuestro espacio a aquellas personas que hicieron todo esto posible. Y, como no puede ser de otra manera, queridos amigos, queridas amigas, querida gente que no tiene porqué decidirse entre una cosa u otra: queremos deciros que nuestro orgullo es vuestra felicidad.
El futuro
Pensar en pequeño
Desde nuestro pequeño lugar en el mundo, manifestamos abiertamente que los armarios sólo pueden servir para ir al mundo de Narnia. De otra forma, resultan lugares demasiado oscuros e insalubres. Del mismo modo, observamos que sólo hay una capa de invisibilidad que nos guste, pero la tiene Harry Potter y es una reliquia de la muerte. Su uso –este es un debate que quizás debamos tener-, podría estar supeditado al Estado, en tanto que puede convertirse en un arma. Ya hablaremos de ello.
Pensemos en pequeño. Tenemos la fortuna de poder decir que nos lee gente que todavía va al instituto, cuya sexualidad despierta. A ti, si nos lees, queremos decirte que nos parece bien. Da igual en qué estés pensando. ¿Te gusta el fútbol? Bien. ¿El bádminton? Genial. ¿La profesora? Estupendo. ¿El profesor? Magnífico. Lo que te queremos decir es que no hay porqué esconderse y que, si necesitas algo, si tienes dudas o si tienes miedo… Nos tienes a nosotros y nosotras. El formulario de contacto de la página o las redes sociales también pueden servir para eso.
En cualquier caso, te animamos a seas tú. A no ser que seas mortífago o seguidor de Saruman y/u otros señores oscuros. En ese caso, mejor que seas otra persona.
Pensar en grande
Pensemos en cosas grandes. En 72 países no ser heterosexual es un delito. La manifestación tiene sentido, entre otras cosas, por esta. Por eso es lógico que, si uno pacta con gente que está en contra de los derechos LGTBIQ+, no se le reciba bien.
Siguiendo esa senda, el matrimonio igualitario sólo es legal en 30 países. Estamos hablando de un derecho civil absolutamente básico desde todos los puntos de vista. No sólo desde la felicidad que la política –como ya hemos dicho- tiene el deber de buscar, incluso desde el punto de vista patrimonial. Todo el mundo debe tener derecho a compartir sus bienes con quien le salga de la orientación. Todo el mundo debe tener derecho a decidir con quién formar su familia, o su tribu, o lo que le dé la gana.
Hay mucho camino por delante y queremos estar a vuestro lado.
Y si has leído todo esto y, francamente, lo de salir a la calle pues como que no va contigo. O si tienes agorafobia, que también puede ser. O si buf, es que, mira, salir del trabajo, para un sábado que tengo de tranquilidad… Nos ceñimos a Harvey Milk: Somos Cámara Cívica y, un año más, hemos venido a reclutarte.
Feliz día del Orgullo.