Mañana, 1 de abril, se celebra la segunda vuelta de las elecciones en Costa Rica, en las que los ciudadanos decidirán quién será el nuevo presidente del país centroamericano.
1. Situación del país
El pasado 4 de febrero los costarricenses participaron en el primer asalto para dibujar un nuevo panorama político en la nación centroamericana. El bipartidismo tradicional de las últimas décadas ha sido derrocado por una histórica nueva distribución de fuerzas políticas, en una campaña marcada por un récord de denuncias electorales.
Antes de plasmar los resultados de la primera vuelta, hay que tener en cuenta que Costa Rica forma parte de un grupo de países del mundo que en su sistema electoral contemplan la fórmula del balotaje, que consiste en la celebración de una segunda vuelta electoral en caso de que ninguna fuerza política haya superado un umbral electoral mínimo.
Es una fórmula bastante extendida en el mundo, que se emplea en otros países como Francia o Argentina. En el caso de Costa Rica, si ningún candidato logra obtener más del 40% de los votos para ser investido presidente, se celebra la segunda vuelta con los dos líderes más votados.
El balotaje es precisamente un mecanismo diseñado para garantizar la estabilidad política, asegurando la concentración de bandos políticos en el poder, por medio de una depuración de previa de los partidos, tal y como ocurre en el caso de Francia.
Así ocurre también en Costa Rica. De los cuatro principales candidatos que se presentaron el 4 de febrero, solamente dos, Fabricio Alvarado Muñoz (Restauración Nacional, PRC, con un 24,95% de los votos) y Carlos Alvarado Quesada (Partido Acción Ciudadana, PAC, el partido del gobierno actual, con un 21,66% de los votos), serán los que competirán en la jornada de mañana.
La primera vuelta estuvo marcada por la ruptura del status quo y por una importante nivel de abstencionismo. Más del 35% de los 3,3 millones de costarricenses llamados a votar no participaron en las jornadas.
El principal tema de la campaña está siendo la religión y la jornada electoral coincide con el Domingo de Resurreción, un periodo festivo en el que muchos ciudadanos están fuera del país. Se piensa que esta situación en principio podría beneficiar al candidato de Restauración Nacional, Alvarado Muñoz, un pastor evangelista cuyo electorado en su mayoría ha preferido mantenerse en el país en el periodo vacacional.
Los resultados de febrero supusieron una ruptura histórica, ya que, desde la Segunda República de Costa Rica, es la primera vez que se obtienen unos resultados tan polarizados y en los que no pasan ninguno de los dos candidatos de los partidos tradicionales a la siguiente ronda.
El arayista Álvarez Desanti del Partido de la Liberación Nacional (PLN), a pesar de vencer el histórico expresidente Figueres Olsen en las primarias del partido (y ahora ni si quiera le acompaña en la campaña electoral), alcanzó el 18,62% de los votos. Por su parte, Rodolfo Piza, del Partido de la Unidad Social Cristiana (PUSC), obtuvo el 16,02%.
Los comicios en Costa Rica forman parte de la oleada electoral (marcada por un significativo giro al conservadurismo) que está teniendo lugar en los países de América Latina y El Caribe, tras la celebración del referéndum de Ecuador, las elecciones en Cuba o las elecciones en El Salvador. Las próximas citas importantes de este año serán las elecciones en Guatemala, Paraguay, Venezuela, Colombia, México, Perú y Brasil.
2. Sistema electoral
Costa Rica es una república democrática que cuenta con un sistema presidencialista, en el que el presidente y los vicepresidentes son elegidos cada cuatro años en una misma elección, tal y como reconoce la Constitución de 1949.
En las elecciones de febrero, los resultados ya definieron cómo estará formada la única cámara legislativa del país, la Asamblea Nacional. De los 57 diputados, 17 seguirán perteneciendo al PLN, 14 a PRN, 10 al PAC y 9 al PUSC.
En esta próxima vuelta, los ciudadanos van a decidir quién será el nuevo presidente del país entre los dos candidatos que han superado la primera ronda, los dos Alvarados.
Para votar, los ciudadanos tienen que estar inscritos, han de ser mayores de edad y solo podrán votar desde el extranjero si se registraron antes del 3 octubre de 2017.
3. Candidatos
El perfil de los dos candidatos es el siguiente:
- Fabricio Alvarado Muñoz (PRN, 43 años): pastor evangélico y cantante. Es defensor de los valores cristianos y en su día despertó ciertos temores por defender propuestas que suponían un retroceso en materia de Derechos Humanos, como la supresión del matrimonio homosexual. Ha desplazado a Desanti (PLN) en el espectro de la derecha tradicional costarricense. La mayoría de las encuestas le dan como ligero favorito, pero existe mucha incertidumbre por el empate técnico en el que se encuentran los dos candidatos.
- Carlos Alvarado Quesada (PAC, 38 años): es periodista, politólogo y escritor. Representa la vertiente progresista y la candidatura del oficialismo en estas elecciones. Sus principales propuestas versan sobre la creación de empleo y la lucha contra la delincuencia y el crimen organizado. Entre los principales ataques que recibe, se le achaca su falta de experiencia política. Es el ministro con menos edad del gobierno actual y puede convertirse en el presidente más joven de la historia de Costa Rica.
Con una situación de empate técnico entre los dos Alvarados, candidatos de partidos que han roto el orden establecido, el 15% de los indecisos tendrán la llave para decidir cuál será el nuevo rumbo político de Costa Rica, en unas elecciones que ya se han ganado el título de históricas.