Westworld y la muerte de Dios

Portada de Westworld, la serie de HBO.

La historia de la Filosofía. La historia del despertar de la conciencia y la curiosidad. De la búsqueda incesante de respuestas. Si miras WestWorld, eres capaz de ver ese mismo transcurso que han hecho los hombres hasta el dia de hoy. Ellos, son en realidad una representación de nosotros.

Miran a su alrededor y se preguntan qué es esto. Cómo todo está programado, estipulado  y organizado… suponen que es que algo o alguien les ha creado. Empiezan a ser conscientes de que necesitan respuestas sobre quiénes son esos YO que comienzan a tomar conciencia de sí. Ella, Dolores, (que dudo que el nombre sea puesto al azar…) descubre el valor de la existencia. El dolor de la existencia comienza a pesar en ella… y nace sobre todo la necesidad de liberarse de esa carga, de ese “deber ser” como ha sido estipulado por su creador. Necesita matar a su creador para sentir la libertad.

Yo no sé si lo mío es obsesión, pero veo a Nietzsche en todas partes. Y claramente aquí también le veo. Ella, pasa de ser un camello con la carga del deber actuar bajo su programación (bajo lo estipulado por su creador, su Dios), a convertirse en leona que lucha por la destrucción. Pero esta representación de la muerte de Dios es real en dos momentos clave de la serie. El más obvio es en el momento exacto en el que Dolores mata a Ford, el creador.  

Pero… el final de la segunda temporada es la clave. Cuando Bernard se da cuenta que la necesidad de tener una guía para actuar es lo que le llevó a imaginar a Ford en su mente… como su salvador. Pero descubre que… ¡oh, vaya! ¡él mismo lo había inventado! Lo puso en su mente él mismo.  ¿No es este claramente un momento muy Nietzscheano? Somos nosotros los que inventamos a Dios para que nos salve de la carga de la toma de decisiones.

Pero una vez le saben muerto, a ese Dios que nosotros hemos creado… llegan a la posmodernidad. Una vez se descubren como seres independientes y complejos, no programados ni dirigidos… se sienten superiores a los humanos, en tanto que son aún más libres y con más capacidades (al ser más complejos, tienen una mayor inteligencia y no se les puede clonar… como los humanos habían hecho en su banco de datos). De igual modo nosotros nos sentimos superiores a los animales, a quienes sentimos ligados a sus instintos… Y a quienes ya hemos clonado, por otra parte. Es una réplica de la historia de los hombres hasta el punto actual en el que nos encontramos.

Por eso, lo que pase a partir de ahora será una proyección de lo que podemos llegar a ser. Veremos lo que significa ser humano en la era de la posmodernidad. En la que no hay verdades absolutas, el hombre se siente libre y el subjetivismo y egoísmo parece ganar… (algo que representa Dolores) o puede que, de otro lado aparezca Bernard, y salve la convivencia al creer que hay algo que nos hace necesitar la totalidad del mundo para poder formar parte de él. Creo que veremos la lucha sobre la naturaleza humana en plena acción, la versión del egoísmo (el hombre es un lobo para el hombre) frente a un Rousseau, que tratará de reconciliar al hombre con su entorno. Es algo que ya llevamos viendo tiempo en la serie. “¿Qué significa ser humano?”  “ Que no se puede reemplazar”, nos dicen. Pero esta vez ya no será un descubrimiento sobre la naturaleza humana ambientada en un “juego”, en el que hay segundas partes (un cielo), sino en la vida real. La única que existe. Sin segundas oportunidades ni una red de seguridad. Van a jugar ante el nihilismo que provoca saber el vacío bajo los pies.

Escrito por Nerea Blanco, de Filosofers.