Vamos a analizar diversos fragmentos de un discurso que recoge las ideas fuerza del feminismo liberal, dado por Emma Watson en las Naciones Unidas.
¿Por qué este discurso y no otro? Por el papel tan representativo que tiene la actriz a nivel mundial, porque el contenido de su discurso es un resumen del mensaje que difunde a diario y por su influencia, siendo además el mismo discurso de otras actrices, cantantes, celebrities, etc. Vaya por delante que no criticamos el papel de la actriz ni su persona, sino las limitaciones del discurso feminista liberal.
“Se trata de la primera campaña de este tipo en las Naciones Unidas: queremos tratar de mover a todos los hombres y los jóvenes que podamos para que sean defensores de la igualdad de género. Y no sólo queremos hablar de esto, queremos asegurarnos de que sea algo tangible.”
Feminismo en la ONU
El hecho de que pretenda lanzar un mensaje feminista dentro de las Naciones Unidas ya chirría pues si dejar de aplaudir la gran labor que realiza, también se debe predicar con el ejemplo.
La organización ha tenido ocho secretarios generales y ninguna mujer, y que cuenta con una “Comisión sobre la condición de la mujer”, de la cual Arabia Saudí formará parte el próximo año. Y, en sus 70 años de existencia, la Corte Internacional de Justicia de las Naciones Unidas, sólo ha tenido 4 juezas entre sus 106 integrantes; de los 52 puestos de sus relatorías, 19 nunca han sido ocupados por mujeres.
¿De qué sirve lanzar campañas feministas si la propia organización no es capaz de serlo y por qué Emma en su discurso no critica esto mismo?
La definición del feminismo liberal
“Para que conste, la definición de feminismo es: La creencia de que los hombres y las mujeres deben tener derechos y oportunidades iguales. Es la teoría de la igualdad política, económica y social de los sexos.”
Sobre esta premisa, superficial y meramente estética, Emma Watson construye un discurso incompleto e insuficiente (consecuencia de la premisa) pues a pesar de que reconoce las desigualdades existentes, sólo habla de igualdad y en ningún momento de liberación y emancipación del sistema patriarcal, en concreto de los roles de género, que han hecho que estemos aquí y no allí.
En su discurso, no se plantea por qué las mujeres ocupamos ese lugar dentro de la sociedad, por tanto piensa que tener oportunidades iguales es suficiente y no lo es porque incluso teniendo las mismas oportunidades, las mujeres seguimos siendo discriminadas.
El efecto Jennifer-John
Sirva como ejemplo de ello es el llamado efecto Jennifer-John, realizado por la universidad de Yale. En él se elaboraron dos curriculums exactamente iguales y fueron entregados a profesoras y profesores universitarios para que evaluaran quien estaba mejor preparado para el puesto (el clásico copia-pega) cambiando una única cosa: el nombre. La mayoría consideró que John estaba mejor preparado que Jennifer, incluso le ofrecieron un salario más alto, junto con más apoyo y recursos que a Jennifer.
Es decir, aún reconociendo legalmente los mismos derechos y las mismas oportunidades (como quieren las feministas liberales, cambios legislativos), la discriminación sigue dándose.
La (hetero) normatividad
“Creo que está bien que yo pueda tomar decisiones sobre mi propio cuerpo. (…) Por desgracia, puedo afirmar que no hay ningún país del mundo en el que todas las mujeres puedan esperar que se les reconozcan estos derechos. Mi vida ha sido muy privilegiada porque no todas las mujeres han gozado de los mismos derechos que yo. De hecho, las estadísticas demuestran que muy pocas los han tenido.”
Y quizás por eso la ONU escogió a Emma Watson, por ser la mujer perfecta: buena actriz, buena estudiante, blanca y heterosexual.
Quizás Emma sea consciente de sus privilegios pero no es consciente de la discriminación por raza, clase, sexualidad que pueden sufrir otras mujeres. Emma, como ídolo infantil y adolescente, logrará un falso empoderamiento de aquellas chicas que la siguen pero cuando ellas crezcan se encontrarán con una realidad muy distinta a la de Emma, porque como ella misma reconocía “muy pocas los han tenido”.
El papel de los hombres en el feminismo
No es frecuente que hablemos de que los hombres están atrapados por los estereotipos de género, pero veo que lo están. Y cuando se liberen, la consecuencia natural será un cambio en la situación de las mujeres.
Emma, en esta parte del discurso acierta al reconocer que los roles de género también afectan a los hombres, sin embargo, erróneamente pone el acento al decir que al lograr una liberación de la hombres, la situación de las mujeres cambiará, lo cual supone que de nuevo estaríamos dependiendo de los hombres para lograr una sociedad feminista.
Ha llegado el momento de percibir el género como un espectro y no como dos conjuntos de ideales opuestos.
Si dejamos de definirnos unos a otros por lo que no somos, y empezamos a definirnos por lo que sí somos, todas y todos podremos ser más libres, y es de esto que se trata HeForShe. Se trata de la libertad.
Emma, de nuevo, acierta al afirmar que el género es un espectro, sin embargo realmente no fomenta, pues si bien deducimos que habla de roles de género no cuestiona por qué existen, creyendo que los estereotipos acabarían con “dejar de definirnos” y “la libertad” y tampoco cuestiona lo más importante, que es a mi parecer un elemento clave de los roles de género: la heteronormatividad de la sociedad. Consecuentemente con lo anterior, no habla del colectivo LGTBI, el cual siempre ha estado unido al feminismo por tener causas y objetivos comunes.
La visibilidad de Emma Watson es una gran herramienta, pero el feminismo liberal es limitado
La realidad es que no hay mal que por bien no venga. Aunque el feminismo liberal no sea solución al sistema patriarcal (si bien porque no lo cuestiona o lo niega), Emma Watson sirve de altavoz para denunciar temas como la desigualdad salarial o la poca participación femenina en la política y también sirve de empoderamiento para aquella niñas que comienzan sus andaduras en el feminismo y concienciarse poco a poco de que son cambios necesarios.
Desde su posición, creo que no sólo debería empoderar a niñas y adolescentes sino dar voz y visibilidad a otros problemas que no le afectan a ella y a otras mujeres que no son tan privilegiadas como ella, mujeres negras, lesbianas, con diversidad funcional… para que las niñas y adolescentes no se vean sólo como Emma sino que puedan verse reflejadas en las demás, y lo vean como algo habitual.
El feminismo debe tratar sobre arrancar las raíces del árbol y no sólo cortar las hojas que no nos gusten.
Bibliografía
-CIENCICOLA: “Los sesgos de género persisten en la ciencia: El efecto John-Jennifer”.
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