Pablo Iglesias. Un coletero para atraerlos a todos

Pudiese parecer ridículo en otro tiempo que un simple coletero tuviese un trasfondo que trascendiera a un simple elemento estilístico, pero en la nueva política es un elemento más de todo un compendio de comunicación política -en este caso estilística- y que postula cierto establishment.

Todo en política es comunicación y mensaje. Más aún en la era de los medios de comunicación y las redes sociales, por lo que quién obvie esto, quedará atrás en la pelea por conseguir el poder de lo visual.

Las redes sociales y los medios de comunicación a menudo exigen que se traslade cierto mensaje en la mayor brevedad de lo posible, ya que de esta manera el enganche entre emisor y receptor (audiencia) posee una mayor fuerza. Los políticos lo saben, y aún más sus asesores de imagen, conscientes de que el primer mensaje que capta el espectador del político en cuestión es su imagen. Su estética. Y en este sentido, el elemento más simbólico de un líder político (su famosa coleta) no iba a ser menos.

El nuevo estilo de Pablo Iglesias

Así son las nuevas apariciones ante la Opinión Pública de Pablo Iglesias, con una indumentaria más adecuada a la moqueta que supone el poder: americana y camisa por dentro del pantalón. También una dialéctica más pausada y moderada. Esto, sumado a su nuevo pelo recogido, supone un choque frontal contra su anterior imagen más caótica y anárquica en la vestimenta, así como su pasada dialéctica más sonada y menos moderada, lo cual se traduce en una nueva era más institucionalizada del partido de gobierno.

Aunque bien es cierto que deja un detalle de conexión con su pasado más juvenil: unos pendientes de coco. Detalle que otorga cierto rejuvenecimiento en un rostro que se ha visto castigado a la vez que el partido ha sido objeto de contradicciones ideológicas a lo largo de estos años. Ello hacia necesario una imagen nueva que reuniese elementos más adecuados a lo que es un vicepresidente al uso, así como otros que no le desconecten de cierta fuerza juvenil que en su día enganchó tanto con la ciudadanía.

Look ‘vicepresidencial’

Es importante la no desconexión con el pasado, ya que el Podemos de hoy no se entendería sin ese feedback tan potente que en su día hubo entre ciudadanía y partido tras el 15-M, pero también es igual o más importante incorporar aquello que haga posible aumentar potencialmente el electorado, ya que en la veloz política de nuestro tiempo, nadie vive del pasado.

Esa imagen de fortaleza que ofrece el cuidado superficial se ha convertido en una constante entre los principales líderes políticos, que lejos de mostrarse derrotados ante la situación con una imagen victimista, han optado por esta otra vía. Ejemplo de ello es Pedro Sánchez tras su vuelta de las vacaciones, con un color de piel moreno y una imagen más rejuvenecida.

Los líderes políticos van poco a poco creando unas imágenes sobre sí mismos que van quedando en el imaginario colectivo, incluso alguno de ellos han ido creando una marca personal, en forma de estética. Esto se suma al hecho de que los partidos son cada vez más personalistas, y provocan una simbiosis entre líder y partido, que obligan a adaptarse mutuamente a la imagen que ambos quieren proyectar a su potencial electorado.

Podemos concluir entonces que la búsqueda del mayor número de elementos que conecten con el nuevo o viejo electorado, ya sea imagen o templanza en el mensaje desde el poder, ha venido para quedarse. Y para ello, lo visual es clave.

Escrito por José Ángel Escolar Vigueras.