Alguna vez hemos escuchado eso de “la neutralidad de la red”, pero quizás no nos hemos detenido a analizar atentamente el término. De una manera clara y resumida podemos definir la neutralidad en la red como la igualdad de acceso y velocidad a todo el contenido en Internet. Que el tráfico de datos circule por la red en igualdad. Y ¿quién es el encargado de que puedas acceder a diferentes webs con total libertad y la misma velocidad? Principalmente tú proveedor de Internet.
Muchas personas interesadas en este temática llevaban meses siguiendo con preocupación los continuos ataques contra la neutralidad en la red en Estados Unidos, los cuales se recrudecieron con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. Ayer ese recrudecimiento llegó a su punto de ebullición cuando la Federal Communications Commission (FCC) eliminó la legislación que aseguraba esa neutralidad de la red (legislación impulsada y posteriormente aprobada por Barack Obama). Hay que destacar que cuando Trump llegó al poder, nombró como presidente de la FCC a Ajit Pai (anteriormente era únicamente miembro del órgano).
Ahora bien, ya que sabemos de manera aproximada qué es la neutralidad en la red y quién es su principal enemigo, vamos a ver en qué nos afecta a nosotros, los usuarios.
¿Qué pasaría si no existiese neutralidad en Internet?
Con el final de la neutralidad de la red en Estados Unidos, una empresa estadounidense proveedora de Internet puede dar prioridad a la velocidad de conexión a las webs que a esa empresa le interesen. Esto lo que hace es dar la “vara de mando” a las empresas proveedoras de internet. Estas eligen el contenido que va a tener prioridad. En España, las tres principales operadoras (Telefónica, Vodafone y Orange) han aplaudido esta decisión.
Vamos a poner un ejemplo donde imaginemos que en Europa se elimina la neutralidad en la red (y, en consecuencia, en España). Tienes como proveedor de internet a Movistar (Telefónica). Imagina que tienes contratado los servicios Netflix y disfrutas de todo el contenido que ofrece. Como la neutralidad en la red ha sido eliminada, ahora llega una cartita de Movistar indicándote que su servicio de visualización de series (Movistar Series) va tener una conexión de red privilegiada a la hora de visualizarla en perjuicio de todos lo demás servicios de visualización de series.
Imagina que quieres echarle un vistazo a la web de Cámara Cívica (la cual recomiendo encarecidamente) pues, si la neutralidad en la red no existiera, tú proveedor de Internet podría establecer un criterio discriminatorio en función de las visitas diarias a páginas webs. Es decir, las webs más visitadas serán que tendrán una mejor velocidad para conectarse. Si se acaba la neutralidad en la red, los proveedores de internet tienen un “cheque en blanco”. Pueden poner “cuellos de botella” e incluso “puertas” en internet al usuario medio.
¿Existe una verdadera neutralidad de la red en España?
Me temo que no existe una verdadera neutralidad de la red. Desde hace algún tiempo algunas teleoperadoras han establecido sutiles métodos para esquivar la legislación europea en materia de neutralidad de la red. Este método consiste en establecer que el uso de determinadas aplicaciones (Whatsapp, Facebook, Twitter, etc) no genere un consumo de datos a ojos del cliente. Este método, en puridad, va en contra de la neutralidad de la red ya que altera la igualdad respecto a las demás aplicaciones móviles al no tener repercusión alguna en el bolsillo del cliente en consumo de datos.
El fin de la neutralidad en la red es un perfecto método para llevar al usuario como ganado, yendo de manera automática e inconsciente todos por grandes carriles, teniendo como resultado mayores beneficios económicos para las principales empresas a costa de uniformizar a los usuarios en Internet a gusto de intereses económicos. La diversidad que siempre ha caracterizado a Internet está en peligro.
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Por Fernando León.