¿Neomachismo en la universidad? No, gracias

Por David Cortés.

Hoy en día declararse en contra de la igualdad de género conlleva un coste importante ante la opinión pública. La lucha por los derechos de la mujer ha logrado que determinadas cuestiones como la incorporación de la mujer al trabajo o el apoyo que reciben las víctimas de violencia machista gocen de una irreversibilidad relativa. Es decir, que por medio de la movilización, educación y reformas institucionales se ha realizado una operación hegemónica de construcción de un terreno de juego en el cual el adversario tiene que utilizar el propio lenguaje y formas del discurso que pretende combatir[i].

Esto lleva a que los contrarios a la igualdad de género tienen que actualizar su discurso para que pueda ser aceptado por la sociedad, para ello utilizan varias estrategias. Se ven obligados a ‘comprar’ una parte del discurso feminista e incluso ven la igualdad como un valor positivo a defender, pero le dan a este concepto una connotación particular. La igualdad es lo que se conoce como ‘significante flotante’, el politólogo argentino Ernesto Laclau lo define como un significante carente de significado en sí mismo y abierto a un proceso permanente de significación por medio de la subversión del signo, estos significantes son portadores de legitimidad y pueden ser articulados en una infinidad de discursos, incluso con significados opuestos.

El discurso neomachista entiende la ‘igualdad’ como ausencia de privilegios de cualquier género y centra como su objetivo la discriminación positiva atacando las cuotas de representación de mujeres y la supuesta posición privilegiada que tienen las mujeres en el ámbito jurídico, en general se construye por medio de una articulación que combina una parte del discurso feminista ya asumido por la mayoría de la sociedad junto con elementos del discurso machista clásico actualizado y una serie de nuevas demandas relacionadas con las consecuencias sociales del avance de los derechos de las mujeres.

[bctt tweet=”El discurso neomachista entiende la ‘igualdad’ como ausencia de privilegios de cualquier género.” username=”camaracivica”]

El elemento frente a cual construyen es lo que llaman ‘feminismo moderno’ o de forma despectiva como ‘feminazismo’, no cuestionan o incluso celebran las victorias históricas del movimiento feminista como el derecho al voto de la mujer o su incorporación al mundo laboral, pero utilizan esas victorias para proclamar que la igualdad entre hombres y mujeres ya se ha dado y que por ello el movimiento feminista no tiene razón de ser actualmente, lo acusan de ser un lobby organizado para presionar a las instituciones a que legislen de forma desfavorable a los hombres, en un giro semántico sin paragón le dan la vuelta por completo a la tortilla afirmando que es el hombre quien se encuentra ahora en situación de desigualdad.

Ponencia neomachista en la Universidad de Sevilla
Imagen de la ponencia en la Universidad de Sevilla del pasado 16 de febrero.

Un ejemplo de este discurso neomachista es el que propaga la dirigente de VOX, Alicia Rubio (no confundir con la actriz), que ha escrito varios libros tratando de desmontar lo que llama ‘ideología de género’ que es un concepto sin ningún valor teórico que utilizan para dar un halo de respetabilidad y legitimidad académica a los argumentos neomachistas. En un programa de 13TV en el que participó como contertulia dijo cosas como:

“En España creo que las mujeres hemos alcanzado la igualdad […] A estos feminismos que les llaman feminazismo yo les llamo feminismo desquiciado […] la situación en España de la mujer es muy buena y en algunos ámbitos superamos a la varones […] (las feministas) lo que están es viviendo del victimismo que no tiene ningún sentido, de hecho son los hombres los que están en inferioridad de condiciones […] El hombre en esos momentos tiene menos derechos, no tiene presunción de inocencia y es un criminal genético”

El pasado jueves 16 de febrero, el partido de extrema derecha VOX camuflado bajo una asociación pantalla trató de hacer un acto contra la ‘ideología de género’ en la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla en la cual participaba esta Alicia Rubio como ponente. Desde Jóvenes en Pie, Café Feminista de la US y diversos colectivos feministas de la ciudad se organizó un boicot al mismo que obligó a que se suspendiera tras numerosos intentos por parte de los organizadores de hacerse oír entre las protestas de las activistas.

El acto pretendía ser un debate entre miembros de los diferentes partidos, periodistas y académicos, pero varios ponentes rechazaron su asistencia y terminó siendo una conferencia de un mismo espectro ideológico. Alicia Rubio no pudo intervenir, pero viendo sus declaraciones anteriores es fácil hacerse una idea de lo que hubiera dicho allí. Que opiniones así tengan cabida en una universidad pública y se presten a debate teórico supone un peligroso precedente y un retroceso. Los estudios de género han avanzado como disciplina académica y la mayoría de carreras de ciencias sociales los incluyen en sus programas, aceptar el neomachismo como posición legítima con la cual debatir sería tirar por tierra todo ese esfuerzo que tanto ha costado.

La universidad es un espacio de debate abierto, pero en ella no cabe cualquier cosa, ese debate debe darse con un mínimo de rigurosidad, al igual que no tendría cabida el negacionismo del holocausto nazi en una conferencia tampoco debe tenerlo el discurso neomachista que no es otra cosa que una tergiversación del concepto de igualdad y parte de una serie de supuestos disparatados que no resisten a dos asaltos frente a un análisis serio de las relaciones de desigualdad sexo/género, la mayoría de los argumentos que utilizan son falacias y medias verdades, como por ejemplo sobredimensionar el ínfimo porcentaje de denuncias falsas por violencia machista o inventarse cifras de hombres asesinados por sus parejas.

Para cerrar, podemos recordar la célebre cita atribuida a Mark Twain: “nunca discutas con un idiota, te rebajará a su nivel y allí te vencerá por experiencia”.

 

BIBLIOGRAFÍA

[i] ERREJÓN, I. Estados en transición: nuevas correlaciones de fuerzas y construcción de irreversibilidad. América latina en la disputa geopolítica mundial (2014).