23-J: El día decisivo para Europa

El día 23 Reino Unido  votó si seguir formando parte de la Unión Europea. En una campaña bronca, centrada en la inmigración y marcaba por el asesinato de Jo Cox, diputada laborista británica, millones de ciudadanos de Inglaterra, Gales, Escocia e Irlanda del Norte tuvieron que decidir un dilema que marcará a toda una generación: seguir o no en la Unión Europea.

Coincide que el autor de este artículo está pasando una temporada en el país de Oscar Wilde en este momento histórico. Trabajando en un albergue junto a numerosos trabajadores británicos, dos polacos y una española, en este tiempo he podido vivir el ambiente electoral de primera mano.

En primera lugar, sería conveniente analizar el lugar donde trabajo. Es un pueblo llamado Edale, en el Peak District, entre Manchester y Sheffield. Es una zona rural dividida en valles, y, a primera vista, su actividad económica se reparte entre el turismo de montaña y la cría de ovejas. Si visitamos la página del parlamento británico, descubrimos que es una zona muy heterogénea, y laboristas y conservadores se reparten sus distritos.

Como hemos dicho, la campaña ha sido bronca, y ha enfrentado al venido a menos Nigel Farage, del utraderechista UKIP, apoyado por el ala rebelde de los conservadores, capitaneada por Boris Jonhson, ex alcalde de Londres, contra James Cameron, primer ministro, y Jeremy Corbyn, líder de los laboristas y del ala izquierda del partido.

La Iglesia de Inglaterra también se moja en el Brexit. Una pastoral del vicario en el boletín de la parroquia recuerda que gracias a la Unión Europea, Europa lleva más de medio siglo de paz, desde la Segunda Guerra Mundial.

Charlando con los trabajadores del albergue, el tema del Brexit es recurrente según se acerca el día. James, limpiador, lleva un tiempo pensado si quiere estar en la UE o no. El día de antes del referéndum decide que apuesta por quedarse. Aunque la UE tenga errores, dice, siempre es mejor estar dentro porque si estás fuera, “los otros países te pueden mandar a tomar por ****”  explica de una forma bastante gráfica.

Mary, limpiadora, explica que apuesta claramente por quedarse. Puede a que se deba a que dio clases de inglés en España. Sin embargo, su padre, ganadero, es un claro defensor de irse, “a pesar de que la UE le da ayudas para mantener su granja” dice Mary, exasperada. Igual sucede con John, que sin duda alguna apuesta por quedarse “como la mayoría de la gente joven”.

Algunos, sin embargo, coinciden en que Reino Unido tiene un serio problema con la inmigración, aunque no profundizan más en el tema.

Pancartas a favor del Remain en Sheffield.
Pancartas a favor del Remain en Sheffield.

El día del referéndum vamos a Sheffield, a media hora en tren, a ver el ambiente electoral en la ciudad. Sheffield es una ciudad mediana de medio millón de habitantes, con varias universidades, donde se intercalan edificios de ladrillo rojo y victorianos con modernas galerías de arte o grandes edificios de oficinas. La ciudad se mueve como cualquier día laboral; aunque nada más salir de la estación vemos una pancarta que apuesta por el Remain. En las oficinas electorales no hay colas. De hecho, la mesa electoral está apartada del resto de mostradores por un biombo de madera, con instrucciones colgadas, sin urnas. Al salir por una puerta lateral, observamos un montón de flores, que comienzan a marchitarse, en recuerdo de Jo Cox.

A la salida veos un camión con la Union Jack y las letras “ES EL DÍA DE LA INDEPENDENCIA”.  Pasa tan rápido que ni se le puede echar una foto. Unos metros más al fondo, hay otra pancarta pidiendo el voto para quedarse.

Kiosko de prensa en The Moor.

De vuelta a la estación, nos encontramos a un grupo de partidarios del Remain repartiendo panfletos y pegatinas. Nos paramos a charlar con ellos. Después de aclararle que no puedo votar, me preguntan si en España le damos importancia al Brexit. Les recuerdo las declaraciones de Farage sobre el sur de España, y dice que “solo quiere dividir a la gente”. A la pregunta de como va el día, dicen que “la gente está dividida, pero que esperan que gane el quedarse”.
En la estación charlamos con una señora mayor mientras esperamos el tren. Aparte de su amor por España (ha estado de turismo varias veces) le preguntamos por el Brexit. Al principio era fuerte partidaria de quedarse, pero tras escuchar ambas campañas se plantea su voto.

Volvemos a Edale. En la cena, hay una animada conversación sobre el Brexit, que solo repite lugares comunes y los argumentos volcados en la campaña. Los resultados finales se sabrán a las cuatro de la mañana, así que es imposible saberlos hasta el día siguiente.

Al día siguiente se conoce la noticia: Reino Unido ha votado Brexit. O mejor dicho, Inglaterra y gran parte de Gales han votado irse de la Unión Europea. La libra esterlina ha caído varios puntos, y Cameron ha dimitido. Reino Unido abre un período turbulento de su historia: a partir de ahora deberá hacer su camino solo, y enfrentarse  a un independentismo escocés fuertemente pro europeísta que aprovechará para pedir otro referéndum de independencia. No hay un protocolo claro, y habrá que ver cómo se negocia la salida de la UE. Además, ahora hay un efecto dominó: muchos partidos anti europeístas solicitan un referéndum para salir de la UE en su país.

Flores en la puerta del Ayuntamiento de Sheffield en homenaje a la diputada laborista asesinada Jo Cox.

 

El Brexit, aunque sea un proceso de varios años, empieza a tener efectos ahora. Desde luego, se avecinan tiempos interesantes para vivir.