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La vida por delante: el fenómeno de las horas extras en España

Resulta paradójico que la primera imagen que se me venga a la cabeza al analizar los datos sobre las horas extra no remuneradas sea la de una película de 1958. En La vida por delante, Fernando Fernán Gómez nos transmite la realidad de la España franquista. En ella, un matrimonio formado por un jurista y una médica, tras finalizar sus estudios, se ven condenados a trabajar de sol a sol, en incluso a la luz de la luna para poder sobrevivir y poder vivir en una casa digna.

Cincuenta y ocho años más tarde, en España más de la mitad de las horas extras realizadas han sido no retribuidas a las personas trabajadoras. Alegando la necesidad de tener un mercado de trabajo cada vez más “flexible”, los empresarios siguen aprovechándose de su situación alargando las jornadas laborales e incumpliendo de manera clara el Estatuto de los Trabajadores. La cultura del presentismo sigue dejando estragos, castigando especialmente a las mujeres.

Las horas extra son, según la nueva reforma laboral de 2014 , todas “aquellas horas de trabajo que se realicen sobre la duración máxima de la jornada ordinaria”. A diferencia de las horas complementarias, las horas extra sólo pueden realizarlas aquellas personas que trabajen a tiempo completo. Por lo tanto, gracias a este eufemismo, todas las horas extra que sean realizadas por las personas trabajadoras que tengan un contrato inferior a 40 horas semanales, son tratadas a efectos legales como horas complementarias.

Según el Estatuto de trabajadores de 2015, además de las horas extra realizadas de manera voluntaria por las personas trabajadores, se establecen como obligatorias todas aquellas horas que “vengan exigidas por la necesidad de prevenir o reparar siniestros u otros daños extraordinarios y urgentes, como el riesgo de pérdida de materias primas”.

A efectos prácticos todas las horas extra, horas complementarias y horas extra obligatorias han de ser retribuidas respetando el convenio colectivo, y bajo ningún concepto podrán ser reconocidas como horas extra no pagadas.

Desde el 2005 la Encuesta de Población Activa* incluye en su cuestionario una pregunta que refleja claramente el deterioro del mercado de trabajo en España. Además de preguntar a las personas encuestadas cuál fue el número de horas extra realizadas, se les hace especificar cuántas de ellas fueron pagadas y cuántas no pagadas. Sólo la inclusión de esta pregunta en los cuestionarios, debería llevarnos a reflexionar sobre la permisividad y la normalidad que está adquiriendo el uso de prácticas ilegales en nuestro mercado de trabajo. Sin embargo, gracias a esta diferenciación se puede establecer análisis** sobre la evolución de la precariedad laboral durante la crisis.
A continuación, para facilitar la comprensión del fenómeno de las horas extras no pagadas durante la crisis se presenta una gráfica para el periodo 2008-2016 para hombres y mujeres.

Fuente: Elaboración propia a partir de la EPA (INE, 2016)

Como puede observarse, durante la crisis ha ido aumentando la proporción de horas extras no pagadas sobre el total de horas realizadas. De nuevo, como ocurre con los múltiples análisis que se realizan sobre el mercado de trabajo en España, se establece una brecha de género. Las mujeres además de ser el colectivo más vulnerable del mercado de trabajo, son las que peores situaciones soportan en el entorno laboral. Excepto en el 2012, las mujeres han realizado más horas extra no pagadas que los hombres. Siendo este dato un reflejo claro de la menospreciación del trabajo de las mujeres sobre los hombres. Mujeres que además dedican, como indican diversos estudios***, muchas más horas de trabajo doméstico que sus parejas a pesar de trabajar dentro y fuera del hogar. Las horas extra no pagadas constituyen claramente una fuente de discriminación salarial, que como puede verse, afecta en mayor proporción a las mujeres.
A medida que transcurre la crisis, el fenómeno –ilegal– de las horas extra no pagadas ha ido en aumento. Por sectores de actividad económica, en la industria manufacturera, en la hostelería, en la construcción, en el comercio al por mayor y al por menor, en las actividades financieras y de seguros y en la educación han sido donde más horas extras no pagadas se han realizado. En estos sectores se han realizado el 69% del total de horas extras no pagadas.
Estas prácticas se siguen permitiendo y se van afianzando en todo el periodo analizado, demostrando claramente la necesidad de mejorar y aumentar los controles sobre estas prácticas ilegales cometidas por los empresarios.
Resulta irónico que 58 años después podamos contemplar de nuevo situaciones como las vistas en La vida por delante con una gran diferencia: En este caso en vez de ser protagonizada por Fernándo Fernán Gómez, la precariedad tiene rostro de mujer.

 


* Como puede observarse aquí, en los anteriores cuestionarios no aparecía esta diferenciación

**Para la confección de este gráfico con el objetivo de evitar la estacionalidad del mercado de trabajo producida en verano y en navidades, se han seleccionado únicamente los segundos trimestres de cada año. El resultado mostrado es una reconversión realizada por el autor utilizando la variable original: “total de horas extras realizadas” y “total de horas extras no pagadas”, que en su formato original aparecía en miles de horas. Resultados disponibles en INEBASE.

***Véase para un ejemplo este artículo o este otro.

 

por Juan Ramón Jiménez-García.

Docente e investigador en la U. Pompeu Fabra, especializado en desigualdades de género, mercado laboral, sistema educativo e inmigración. Compagina su labor académica con su trabajo como prospector empresarial en el Área de Protección Internacional de la ONG CEPAIM.